¡Hola, hola!
Hace unas semanas hice en Twitter una encuesta sobre qué tipo de material os gustaría que fuera compartiendo por redes para ser más cercana. La mayoría decidisteis que cosas sobre escritura, pero no sé qué contaros ahora mismo. Lo único es que yo no concibo escribir sin leer. Así que he pensado en mostraros cuáles están siendo mis mejores lecturas de este 2019.
Mi reto de lectura este año es de 35 libros, pero no lo estoy cumpliendo, ya que llevo 16 libros leídos según Goodreads. Pero no me preocupa porque a cambio estoy escribiendo y documentándome mucho. Me he metido en un proyecto muy exigente, qué le vamos a hacer.
La venganza de Ariadna fue la primera lectura del año y ya obtuvo 5 estrellas. Sin embargo, de esta ya hablé por redes dado que tuve el placer de presentar a la autora en Madrid. Entre muchos de los temas que abarca: las enfermedades mentales, la sororidad, los libros como cura, la aceptación personal, trata el tema de la violación, el consentimiento, los traumas… Una novela muy necesaria y actual. Disfruté mucho con los extractos en forma de poesía. Alba tiene una pluma que me encanta. Ya sabéis que es de mis escritoras favoritas.
Otra de mis lecturas con 5 estrellas fue Por qué lloran las ciudades, de Elisa Levi. Ha pasado muy desapercibido este libro y me da mucha pena porque es una joya. La prosa es maravillosa. Llegó a mis manos en un momento en el que mi ánimo estaba muy gris y todas sus metáforas y ambiente me atraparon. Reconozco que no es una historia esperanzadora y optimista. Va sobre una chica que tiene que ir a Japón porque su mejor amigo se ha suicidado y le ha dejado en el testamento que ella se encargue de todo: funeral, sus cosas personales… Y mientras, ella intenta averiguar cómo fueron las últimas horas de su amigo, qué fue lo que le llevó a ese final. Tratado con crudeza, con una cercanía pasmante, con una fuerza de autodestrucción bastante fuerte, me mantuvo con el estómago estrujado y las ganas de llorar a flor de piel. Insisto en que no es una lectura para momentos delicados. Por poner una pega, me crispaba MUCHO una manía de la protagonista que aparecía casi a cada párrafo y me sacaba de la lectura. Pero más allá de eso, significó mucho en su momento.
Hay libros que uno elige porque, vamos a ser sinceros, son finitos. A veces me apetece leer algo rápido, nutrirme de una nueva historia y pasar página. Algo así como desintoxicarme con una historia en poco tiempo. Pues esa novela que me duró un suspiro fue La trenza, de Laetitia Colombani. Tres mujeres en tres países diferentes, con historias que te llegan a tocar la raíz y que, al final, algo las une. Tres mujeres valientes que deciden seguir. Una en la India, cuyo destino de intocable no quiere que herede su hija; otra en Canadá, una mujer de negocios a la que le detectan una grave enfermedad y que ha de decidir qué es lo más importante en su vida; y la última en Italia, una joven que, tras el accidente que sufre su padre, descubre que la empresa familiar está en quiebra. Sin duda, una lectura inspiradora.
Por último, no podía olvidar La luna en la puerta, de Andrea Tomé, que además conocí al fin en la FLM (Feria del libro de Madrid) y fue un amor. Esta novela nos habla del suicidio y de las consecuencias de ello, de cómo el entorno: los amigos, la familia, tienen que enfrentarse a un momento así.
Jamás había leído nada que alzara la voz desmitificando tantos tabúes y contando las cosas como son, con esa prosa característica y preciosa de Andrea.
Me gustó especialmente que hablara sobre el arte como salvación, ya sea mediante grafitis o poesía urbana.
La amistad en mayúsculas que existe, los personajes tan redondos y únicos. Judith y Chaim os enamorarán por su fortaleza.
Espero que estas lecturas os llamen la atención y les deis una oportunidad. Volveré con una entrada parecida a final de año con el resto de buenas lecturas. Antes de esa, espero poder escribir una sobre la finalización de la novela que ando escribiendo ahora. ¡Deseadme suerte!
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