El año pasado me escribí una entrada larga siendo muy honesta conmigo misma. La publiqué un 30 de diciembre. Esta se ha retrasado por falta tiempo, pero aquí va: Sé que algunas personas se vieron reflejadas y que se plantearon también hacer un ejercicio de reflexión sobre el año que habían tenido y cómo les había afectado. Me parece una manera de poder ver lo bueno y lo malo y poder aprender, intentar mejorar en crear unos propósitos más reales.
Por mi parte, he cumplido muchos de mis propósitos (hice una lista larga de deseos y cosas por cumplir, aunque la de este año es algo más pequeña, pero no menos interesante). Por eso estoy repitiendo experiencia escribiendo esta especie de carta.
Como sabéis, para mí el año acabó con una decisión importante que afecta a mi carrera literaria, y es que he atrasado publicar novela hasta 2021. No es un drama, lo sé, pero fue muy difícil aceptar esto y ponerme primero a mí. Podéis leer el anuncio de Twitter aquí, pero básicamente no he pasado unas buenas semanas con mi cabecita, y este «descanso» espero que sirva para calmar este apetito de crecer y querer ser alguien más, cuando en realidad ser «yo» debería ser suficiente.
Siendo sincera, de los doce meses del año, dos fueron muy estresantes y me tuvieron en un estado muy lamentable. Uno fue este noviembre y otro fue abril (sí, el mes en el que publiqué La chica del corazón de agua). Fueron muy malos en cuanto a carga de trabajo y mentalmente me dejaron fatal. Pero más allá de lo que pudiera afectarme de fuera, la mayoría de carga que acabó conmigo vino de dentro, de mí. De mis expectativas, de forzarme, de marcarme plazos irreales, de lo mucho que me exigía producir, mostrarme al mundo… Y este diciembre ha ocurrido que no he conseguido volver a coger ninguno de mis proyectos. He escrito menos de 1000 palabras en todo el mes. Pero no pasa nada. Estoy cuidándome. Tomándome un descanso largo para poder sobreponerme y volver con todas mis ganas, porque 2020 pinta bien. El proyecto Euphoria está acabado (ahora falta corrección y pasar por los betas), tengo otro precioso a medio escribir (el proyecto Adriana) y otro proyecto del que ya hablaré cuando avance enero. Este último me tiene muy feliz y espero que os sorprenda.
Echando la vista atrás, tampoco puedo decir que haya sido un mal año. Al contrario. Me han pasado muchísimas cosas buenas y he logrado cumplir la mayoría de mis metas: como haber publicado una novela muy importante para mí, haber estado firmando en la Feria del Libro de Madrid y haber asistido como autora también a Sant Jordi, haber terminado un manuscrito con una historia que me encanta (aunque a veces surja esa voz que eche por tierra todo mi trabajo), haberme hecho un tatu por primera vez, haber estado apuntada a yoga, haber viajado fuera de España bastante (Alemania, Ámsterdam y Londres), empezar a estudiar un nuevo idioma (bueno, algunas palabras sueltas y el alfabeto coreano), haber ido a más eventos literarios y conocer a gente maravillosa, haber hecho más presentaciones que nunca (no solo mías, para mí es todo un honor presentar a compañeras y poder hablar de sus novelas). Sobre todo me siento afortunada de las personas que me rodean y cuidan. Gracias por un año así de bonito.
Aunque más allá de la escritura, tengo muchos más propósitos. Algunos son repetidos de este mismo año, como hacerme otro tatuaje o seguir aprendiendo algún idioma. También quiero ir al menos a un concierto (voy en febrero a ver a Halsey, así que esto está casi cumplido), viajar fuera de España al menos una vez en el año y dejar de machacarme tanto a mí misma. Acudir a más eventos literarios, seguir aprendiendo de hablar en público, que no pasa nada, que no voy a hacer el ridículo y que sí tengo cosas importantes que decir. Intentar dejar de sabotearme tanto y disfrutar más del camino y de sus vistas.
¿Cuáles son vuestros propósitos de año nuevo? ¿Coincidimos en alguno?
Espero que 2020 cumpla muchos de vuestros objetivos. Por mi parte, os deseo estabilidad y alegrías. Que, pese a la situación que viváis, podáis encontrar un trocito de luz siempre.
¡Feliz año nuevo!