Mejores lecturas 2022 autores asiáticos

¡Hola, hola!

Como os dije en la entrada anterior, hoy os vengo con mis mejores lecturas de autores asiáticos. Y es que este 2022 he leído muchísimo, así que puedo recomendaros de diferentes géneros y de diferentes países.

Corea del Sur

Blanco y Actos humanos, de Han Kang.

Si no habéis leído nada de esta autora, os recomiendo cualquiera de sus novelas (voy detrás de La vegetariana, pero no la encuentro por ninguna parte). Tiene una prosa preciosa. En blanco, sobre todo, es lo que más destaca. Hizo una lista de objetos, animales de color blanco que le inspiraron a escribir pequeños relatos, como microcuentos que tienen relación y que, leído de seguido, forma una historia sobre la maternidad, sobre la pérdida y el perdón.
Actos humanos es una historia sobre la guerra, los jóvenes jovencísimos que se vieron involucrados en ella y la inevitabilidad de la muerte. Un pequeño pueblo que está desbordado por los cuerpos que llenan un pabellón, un fantasma que ve todo lo que ocurre desde el mundo espiritual. Y es que las balas son imparciales y atraviesan sin miramientos familias, amores, vidas.

Hierba, de Keum Suk Gendry-Kim.

Esta es una novela gráfica durísima. Sabía qué me iba a encontrar; la sinopsis ya te lo advierte, y aunque no muestra lo más duro, sabes perfectamente qué está pasando en cada momento. Esta novela cuenta la experiencia terrible de las niñas y chicas surcoreanas que fueron capturadas y obligadas a darles placer a los soldados japoneses cuando Corea fue invadida, las llamadas mujeres de consuelo. Las metían en tugurios, en unas condiciones infrahumanas y sin darles apenas descanso. Una historia real de una superviviente, contada desde el máximo respeto para que no se olviden estos actos.

Japón

El pez en la luna, de Shion Miura.

Este libro se ha convertido en hogar, en un lugar seguro, donde volver si quiero que me calienten el corazón. Habla de dos amigos de toda la vida, uno que hereda la librería de segunda mano de su abuelo y el otro, experto comprador y vendedor de libros, obras especiales, inéditas, primeras ediciones… que se encuentran con el encargo de una viuda que quiere vender su gran biblioteca.
Destila un amor por la literatura maravilloso, y la relación de los dos protagonistas, que están casadísimos para mí, las leyendas, las peripecias que les ocurren… Un diez como una catedral. De esta autora también leí La gran travesía, otro alegato al amor por los libros, pero no me llegó tanto como este que os recomiendo.

La gula, de Asako Yuzuki.

BUENO, para mí EL descubrimiento. Yo no soy de leer thriller, pero es que esta novela es un algo más. Debería de haberse llamado Mantequilla, como la novela original (butter), porque es probablemente la palabra más usada. Y es que esta historia hará que salives y que no quieras dejar de leer bajo ningún concepto. Una periodista se obsesiona con un caso de una chica que, parece, encandilaba a hombres adinerados y disfrutaba de comidas en los restaurantes más exclusivos y la obsequiaban con cursos de cocina carísimos. Ahora que el juicio va a llevarse a cabo (casualmente alguno de sus sugar daddys han muerto en extrañas circunstancias), no puede evitar tener una pequeña entrevista con esta misteriosa mujer con el objetivo de conocer si todo lo que se dice sobre ella es cierto. Ahí empezará un tira y afloja de descubrimientos y de seguir paso a paso las huellas de una posible asesina, dejándose aconsejar sobre qué comer y cómo hacerlo.

Vietnam

El canto de las montañas, de Nguyên Phan Quê Mai.

Otro relato sobre la guerra (de Vietnam en este caso), una gran familia que se disgrega, secretos, sucesos que te dejan el corazón en un puño. Reencuentros que te hacen llorar. El canto de las montañas narra la vida de la familia Tran durante décadas, desde la abuela hasta su nieta, un ejemplo de resiliencia. Se muestra la parte más oscura del ser humano cuando solo se lucha por sobrevivir, pero también que siempre hay esperanza y bondad si se busca bien.
<<…me di cuenta de que, cuando los seres humanos nos fallan, la naturaleza puede salvarnos>>.

China

Viuda de hierro, de Xiran Jay Zhao.

¡Fantasía! Creo que por redes fui muy pesada con esta novela. Y es que hacía muchísimo que no leía juvenil y me sentí como cuando en el instituto leí Crepúsculo. Chillaba internamente. El mundo de esta China en una realidad paralela (tradiciones reales incluidas), donde los mechas existen en una guerra terrible contra una fuerza extraña, donde las mujeres son usadas como meras pilas energéticas hasta matarlas y se las infravalora como lo que más… Para eso está Zetian, para romper cada una de las creencias sobre la debilidad femenina y convertirse en una reina (metafóricamente). Pero es que es una auténtica reina. Además hay una especie de triángulo amoroso por ahí… Pero vaya, el universo y esta protagonista son para hacer la ola. ¡Deseando que salga la segunda parte!

¿Y vosotros? ¿Habéis leído alguna novela de algún autor asiático que os haya encantado? ¡Recomendadme! ☺️

Balance 2022

¡Feliz año nuevo!

Llevo ya unos años haciendo esto. ¿Creo que es el quinto, sexto? Siempre le pongo un nombre distinto, así que he unificado todas estas entradas de balance final de año o expectativas del siguiente en una misma categoría (Balance anual literario/personal), por si queréis leer los de años pasados. Creo que es importante echar la vista atrás y agrupar lo conseguido, lo vivido, lo perdido, lo deseado, lo que falta por alcanzar… en un mismo sitio para ser más objetivo. Como hacer una lista de todo eso que ha ocurrido para poder pensar: «ah, pues sí que ha sido un buen año», o poder gritar: «mira, que pase ya a 2023 porque no puedo más».

Este año he leído más que nunca, cumpliendo mi reto de goodreads (leer 40 libros) y superándolo por unos poquitos más. ¡Casi llego a los 50! Además, he leído mucho de autores asiáticos (autoras casi todo en verdad) y he descubierto auténticas joyas (algún día haré una entrada recomendando estas lecturas). 

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También he ampliado mi colección de K-pop, añadiendo otros grupos a mis estanterías (hello, Stray Kids y TXT) y cumpliendo con mi pequeño deseo de tener un miniálbum para guardar todas mis photocards (tenéis fotos y reels de esto en mi instagram ☺️). Gracias a Netflix he visto muchísimos k-dramas jiji

He viajado bastante por la geografía española y visitado lugares que aún no conocía. Además, en octubre, hicimos mi pareja y yo una escapada a Oporto, que amé mucho mucho.

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Contra todo pronóstico, volví a aparecer en el que para mí es EL evento, que es firmar en La Feria del Libro de Madrid. Siempre me siento muy querida, me hacéis sentir valorada y, es algo que suelo olvidar porque hace tiempo que no hago presentaciones o firmas, que lo que escribo importa. Gracias por recordármelo una vez más.

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Justo coincidiendo con la feria, nos invitaron a Carolina Casado y a mí a unas charlas sobre salud mental que planearon las chicas de Hueco Literario que se daban en el césped del Retiro. (¡Seguidlas para que no os perdáis nada! Tienen durante todo el año un montón de iniciativas alrededor de la literatura juvenil). En noviembre nos volvieron a invitar para hablar en las charlas online que planificaron para el NaNoWriMo y fue una hora muy especial también. Gracias por pensar siempre en nosotras y darnos así un espacio donde poder hablar de temas tan importantes ❤️.

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En septiembre, un año después, regresó a mis manos el libro viajero de Euforia y fue, honestamente, toda una experiencia poder ver la cantidad de pos-its, las frases escritas en los márgenes, las reseñas y reflexiones que me dejasteis en la libreta. Gracias por los dibujos y por las palabras. ¡Tengo muchas ganas de hacer uno de La chica del corazón de agua! Esta iniciativa me llenó muchísimo el corazón. Si queréis echarle un ojo, subí a mi Instagram un reel enseñándolo.

Autopubliqué mi primer poemario: Un faro entre sombras. Siempre he escrito poesía, incluso antes que relatos largos. Nunca imaginé que pudiera tener el valor suficiente (ni los poemas suficientes) como para compartir algo tan íntimo. Y es que, para mí, la poesía es mostrar un trocito muy concreto y descarnado de lo que eres. A mí siempre me ha servido de desahogo, de volcar lo feo que siento y liberarme un poquito de ello. (Si le dais una oportunidad, hacédmelo saber 💖).

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Además, como caído del cielo, me llegó una petición de presentación que me hizo una ilusión tremenda. Y mira que antes me ponía histérica, pero aunque hacía tiempo que no presentaba a nadie, creo que he conseguido adquirir ciertas tablas. Hablo de Las brujas de Kaizen, de Lau y Shei. Ellas son maravillosas, y su novela es una fantasía. ¡Leedlas!

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Para poner la nota discordante (con final feliz, por suerte) debo decir que mi final de año, en lo personal, ha sido de mucho llanto y miedo. Desde finales de octubre hasta el 13 de diciembre, fue una auténtica tortura. Mi sobri se puso muy malita y, hasta que supieron qué era, tuvo que pasar por muchas pruebas en la planta de oncología infantil. El diagnóstico que nos dieron nos hundió. Hubo operación, unos resultados ambiguos, más pruebas, pero, finalmente, ese 13 de diciembre, las mejores noticias. Estaba totalmente limpia. Y os pongo por aquí el nombre completo por si queréis investigar qué es un ganglioneuroblastoma, un tipo muy raro de tumor canceroso que se desarrolla a partir de tejido nervioso. Normalmente se presenta en bebés y niños (se detecta entre los 3 y 5 años). Si queréis colaborar en la investigación de este cáncer infantil, desde la propia web de la fundación del neuroblastoma se pueden hacer donaciones. Y si queréis colaborar de otra forma, leyendo sobre un caso real, Tamara Gorro (si no os cae muy bien omitid su nombre) ha sacado un cuento que se llama La princesa y la mariposa donde dona su porcentaje de autora íntegro a la investigación del neuroblastoma. A mí me encontró de casualidad en la librería donde trabajo y me llevé los dos que nos llegaron. No lo pude leer en su momento porque me resultaba muy duro, pero ahora que todo ha pasado le daré una oportunidad.

Quería hacer algo parecido con el poemario, así que, con toda seguridad, cuando me lleguen las regalías, lo destinaré a la misma causa. Porque, como bien dice la propia fundación, el neuroblastoma se cura investigando.

Por último, queda hacer reflexión sobre escritura. Este año es escueta. No he escrito apenas (en estos últimos meses absolutamente nada). He priorizado lo que estaba viviendo en el momento, que era lo suficientemente intenso como para volcarme en ello. Sin embargo, no me siento (tan) culpable como me habría sentido unos años atrás. ¿Estoy madurando?  Ya sabéis que mi relación con la escritura ha sido muy turbulenta. Imagino que no siento esa presión precisamente porque no he estado cerca de ella en un tiempo largo. Sí he escrito poesía, pero ya sabéis que para mí es más una forma de canalizar cosas concretas, de desahogo. Es lo que me ha mantenido creativa en este año. Pero creo que se acabó toda esta temporada de autocompasión. En el 2023 quiero volver a proponerme acabar una novela. ¿No sería genial? ¿No sería increíble? Intentémoslo.

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Acabo con que esta etapa vital de mis 30 los estoy llevando con cierta entereza. Me encuentro más serena y tomando las decisiones que estimo correctas para mi. Es el segundo año que paso independizada y estoy mucho más cómoda en la rutina. Eso ya es mucho.

En cuanto a los propósitos del 2023, solo espero tener ilusión. Es algo que he ido perdiendo de forma paulatina y que necesito recuperar. También quiero viajar, probar algo nuevo, escribir mucho, ser más consciente de mi presente (no vivir con el piloto automático), ver con más asiduidad a mis amigas, acudir a más eventos literarios, crecer un poquito más como escritora.

¿Y vosotros? ¿Cuáles son vuestros propósitos de año nuevo?