Balance anual 2023

¡Hola, hola!

Como cada año, vengo con la entrada que aglutina un poco de lo que me ha pasado este año. Lo cierto es que echando la vista atrás, comenzó muy gris y ha ido cambiando el gradiente a unos colores pasteles.

Lo primero que recuerdo es la parálisis y el pensamiento constante de necesitar ayuda. Una bruma densa, como una niebla oscura y pegajosa se había instalado en mi cabeza, creciendo con bracitos e imposibilitando que mi cuerpo hiciera nada (de nada, ni siquiera escribir o realizar las tareas más rutinarias de la casa) aún si me lo propusiera. El final del año pasado fue muy malo y yo ya estaba notando que había algo que no andaba bien dentro de mí. Empezar a ir a terapia en marzo fue lo mejor que he podido hacer por cuidarme este año. Me siento muy orgullosa del paso que di y de todo lo conseguido hasta ahora. He conseguido salir de ese bloqueo y me he conocido mejor a mí misma. Además, he descubierto que soy neurodivergente, así que estoy en pleno proceso de asimilación y búsqueda activa de técnicas que me ayuden en el día a día.

Seguimos con algo más amable: tuve un par de viajes en familia en la primera mitad de año: a Buitrago de Lozoya y a Salamanca. Conocí nuevos lugares donde comer con amigas y la sorpresa sin duda del 2023: yo, que siempre he repudiado el pimiento en todas sus formas… Me he rendido al pimiento verde y ahora lo busco cuanto puedo. ¿Ser adulto es esto? Eso parece.

En cuanto a lo literario, este año volví un año más a la Feria del libro de Madrid y fue una auténtica maravilla. Vi a mucha gente conocida, caras nuevas también y llovió que dió gusto 😅 Pertenecer a un grupo editorial como es Sargantana nos está abriendo muchas puertas y me siento muy agradecida de todas las cosas que están haciendo y de lo estupendamente que nos están tratando ♥️

Hace unos días, en este diciembre, acabé el Proyecto Ryu (La posada Shima II, que no tendrá ese título), que verá la luz este 2024 de la mano de Munyx. Debo decir que me siento muy, muy satisfecha con esta segunda parte y que no creo que pudiera hacerle mejor justicia que de esta forma. Era la primera vez que escribía con fecha límite y, aunque ha costado por LA VIDA (trabajo, navidades, hospitales, trancazos encadenados…), lo he conseguido. Y casi lo más importante de todo: he disfrutado de toda la escritura del libro, sin quemarme a pesar del cansancio y de la deadline. Conseguir tener una relación sana con ella ha sido sin duda lo mejor.

En el evento de presentación de novedades de Munyx que tuvo lugar en Valencia. Aquí anunciando La posada Shima 2.

En noviembre, monté en avión y me fui a Irlanda con mi pareja. Un viaje precioso del que no entendí una sola palabra (¿por qué hablan tan mal y les cuesta tanto hacerse entender?), pero nos llevé y traje de una pieza, que ya es mucho. Por la época que fuimos, sabíamos que haría frío, e hizo mucho, pero íbamos bien abrigados, así que pudimos disfrutar de los paisajes, que eran espectaculares.

Acabamos 2023 con esperanza, con aquel deseo que pedí el año pasado y que parece que se ha hecho realidad. Tengo ganas de hacer muchas cosas, de probarme, de seguir escribiendo y conociéndome más.

¿Qué espero de 2024? Por lo pronto, en este enero, conocer a mi tercera sobrina. En lo profesional, que los cambios sean buenos. Durante 6 meses me voy de la librería y voy a hacer trabajo más administrativo, con horario de oficina (¡Findes libres!). Y en lo literario, en el primer semestre de este año que viene, publicaré La posada Shima 2 (que, insisto, no tiene este nombre jeje y me cuesta muchísimo cada vez que hablo de ella, no nombrarla con su título original).

¿Vosotros qué esperáis del 2024? ¿Habéis hecho lista de propósitos? Hacédmelo saber 😊

Mejores lecturas primera mitad de 2023

¡Hola, hola!

Sé que voy algo tarde (bueno, muy tarde) con la selección de mis mejores lecturas de la primera mitad de año (y eso que ya había empezado a escribir esta entrada hacía tiempo, hacía meses para ser exactos), pero no me acordaba de que la tenía pendiente y se me ha solapado con la de las mejores de la segunda mitad de año que subiré, si todo va bien, la semana que viene (o la siguiente, que a este paso ya no sé).

Lo cierto es que son muchas las novelas que se han llevado un 5/5 este año, por eso decidí dividir la entrada en dos. Empezamos con esta primera tanda que tiene un total de 12 libros:

1. Mis primeras 5 estrellas se las di a la novela gráfica Grito nocturno, de Borja González. Fue una recomendación de un compañero de la librería y acertó de pleno. No ha sido la única novela gráfica que leí este año, también volví a escoger a Gendry Kim con La espera. No resultó ser tan impactante como lo fue su anterior, Hierba, y supongo que por eso no me llegó tanto, pero también muy recomendada. Creo que con Grito nocturno ha sido la única vez que he necesitado acudir a comentarios y reseñas de otras personas para ver si es que no había comprendido el final o es que era así y se habían quedado igual de perdidos que yo. Aun así, la historia me atrapó desde un primer momento. Las ilustraciones son sencillas, no tienen expresiones, pero sabes qué siente cada personaje. Es muy original y parte de que las protas trabajan en una librería así que eso suma puntos.

2. La chica que se entregó al mar, de Axie Oh, es una de mis lecturas favoritas en cuanto a fantasía que he leído este año. Debo decir que en la lista hay opciones muy variadas y que son unas cuantas, pero este año he acertado bastante con mis lecturas. Supongo que conforme lees más, se agudiza un sexto sentido en ti que te hace elegir mejor. Eso es lo que me pasó con La chica que se entregó al mar. Durante todo el rato me parecía estar visualizando una leyenda coreana. También es cierto que hacía mucho que no leía fantasía y esta novela me hizo amar TODO de ella. Es el típico viaje del héroe donde se cruza el umbral de lo extraordinario y todo puede pasar 💜.

3. Lo único que puedo deciros de esta novela sin spoilearos mucho es que es una fantasía paranormal que me voló la cabeza y lo original que me pareció. Jess comienza a escuchar una voz en su cabeza que resulta que es la de su abuela fallecida, que fue médium de una diosa a la que parece que una mafia ha ofendido. Black water sister es sumamente entretenida y te da una perspectiva sobre la vida y la muerte desde un punto de vista nada occidental que hace que te replantees un poco también tu relación con tu familia y tus creencias. La prota los tiene bien puestos, al igual que su abuela. Me encantó ver cómo terminan entendiéndose por un objetivo común.

4. Mika en la vida real, de Emiko Jean, fue un viaje emocional que no esperaba encontrar. Lo rescaté de las estanterías porque me pareció una lectura algo más ligera e imagino que ir con tan bajas expectativas me hizo disfrutarlo tantísimo. Lo que empieza con un suceso muy doloroso, dar en adopción a su hija porque es una adolescente que no tiene una red de seguridad en la que poder apoyarse, acaba dieciséis años después con que su hija ha dado con ella y quiere conocerla. Definitivamente tiene tintes cómicos y es un poco peliculera en cuanto a que tiene un desenlace feliz y algo utópico. Pero está escrito con mucha sensibilidad, dándote unos puntos de vista muy dispares que hace que puedas empatizar con todas las partes.

5. Siguiendo con esta temática de contar cosas vividas en primera persona, me he aficionado mucho a la pluma de Maggie O’farrell, y tiene una novela de este estilo: Sigo aquí, donde cuenta de forma ficcionada todas las veces en las que ha estado a punto de morir. Son relatos sobrecogedores donde muchas veces la suerte ha sido la única mano salvadora. Durante su lectura estuve pensando en esas posibles veces que podría haber sido lo mismo para mí y me sorprendí encontrando algún momento en el que el destino dijo no, mi ciela. Creo que siempre voy a recomendar a esta mujer porque es oro. Su pluma, sus historias. Aún tengo pendientes alguno de sus libros, entre los que se encuentra el último: Retrato de casada.

6. Lágrimas en H mart, de Michelle Zauner, es ese tipo de libro que una coge y sabe ya solo con su comienzo que va a llorar. Es un viaje muy personal que hace la autora y que cuenta de una forma descarnada. No creo que haya otra manera de hablar de la muerte de una madre. Habla de la cultura coreana, de los lazos familiares, de cómo mediante la comida se expresa el amor por tus seres queridos y, sobre todo, pone en la mesa la importancia de las raíces. En la novela, además, se encuentran bastantes platos coreanos que harán las delicias de los amantes de esta comida.

7. Este año he descubierto una editorial que, con cada publicación, siempre me dan ganas de leer más de ella. Se llama Letras de plata y hace unas portadas y ediciones preciosas y supercuidadas. Tengo varias lecturas en mis pendientes, pero no me da la vida para todo lo que quiero leer. Sin embargo, di con Mis días en la librería Morisaki y fue una novela que me dejó el corazón calentito. El tío de la protagonista tiene una librería, a la que acude después de una ruptura y de sentirse bastante perdida en la vida. Ese verano lo pasará entre libros, reencontrándose con el placer de leer, de despachar en la tienda, de relacionarse con otros libreros y de tener una vida algo más tranquila. Hace nada acabé la segunda parte, Una velada en la librería Morisaki. Si bien el primero es de lo más acogedor, este último te pellizca por dentro y te hace ver que la vida tiene sus negros y sus grises, pero que las pasiones, al final, se imponen y te llevan a continuar.

8. Quería leer a Belén Martínez desde hacía mucho tiempo, pero no me decidía con cuál empezar. Sin embargo, en cuanto dieron a conocer esta novedad, no pude resistirme. La portada era muy atrayente (es de mi queridísima Inma Moya), así que le di una oportunidad. Después del océano es una novela que habla sobre la amistad y las segundas oportunidades, los traumas y cómo curar heridas muy profundas. Me encantó encontrar esos toques a lo Your name y un final que te encoge el corazón. Belén escribe tan bonito y me pareció tan original cómo va evolucionando hasta ese desenlace…

9. Ya sabéis que tengo una debilidad enorme por las novelas de Carolina Casado. Solo conocía su faceta más contemporánea, tal y como nos tenía acostumbrados con Un acorde menor o Aquel y otros veranos, así que cuando comencé Alquimia y fuego, me tuvo dentrísimo desde el minuto uno. Xheredia está dividida en tres estamentos, los alquimistas, los guerreros y los mundanos. Cuando Lyra se rebela contra su destino, conoce a Navid, un mundano con el que saltará una chispa que será no sólo el comienzo de algo más entre ellos dos, si no también de una revolución, de desentrañar la verdad del mundo que conocen y de las mentiras que cuentan las leyendas con las que han crecido.

10. Por el mes del orgullo leí varias novelas con temática LGTB+, cosa que siempre voy buscando en lo que leo, que haya representación, así que mis dieces a Guía para lesbianas en un colegio católico porque tiene mucha y lo adoré. Nunca me cansaré de repetir lo tantísimo que me gusta cuando llegan novedades a la librería y soy de las primeras que pueden verlas y saber de primera mano lo último de lo último. Pues cuando llegó este me llamó mucho la atención y este verano le di una más que merecida oportunidad. Me ma-ra-vi-lló. Tiene sus partes duras, de ahí el aviso de contenido del comienzo, pero está tan bien escrito y da una visibilidad tremenda a muchas minorías y temas distintos 💜

11. Una homosexualidad propia: una reivindicación de la identidad lésbica a través de sus referentes culturales, de Inés Martín Rodrigo, es un ensayo autobiográfico chiquitito pero muy interesante. Siguiendo con la temática LGTB+, me pareció un aporte estupendo para el autoconocimiento. Habla de cómo la autora se dio cuenta de su homosexualidad en un mundo sin apenas referentes lésbicos. La representación ha sido siempre clave para sentirse reconocido, y es que ha sido tabú durante tantísimos siglos y aún hoy cuesta tanto dar con material audiovisual y cultural queer… Cierto es que ahora mismo hay mucho más contenido, pero siguen siendo pinceladas en un cuadro tejido por la heteronormatividad.

12. También en tono biográfico leí Abierta: un relato personal y sin censura sobre amor, libertad y no monogamia, de Rachel Krantz. Fui poco a poco con él y casé tanto con la forma de pensar del libro… Más allá de lo que nos cuenta su escritora, más allá de toda la toxicidad de la relación en la que se sumerge, creo que da información muy acertada sobre la no monogamia y los cambios de paradigmas en las relaciones actuales. MUY interesante en cuanto a la reflexión profunda de a lo que estamos dispuestos a llegar y dónde poner los límites personales y también en una relación.

Y hasta aquí las primeras 12 lecturas que tuvieron un diez en esta primera mitad de año. ¡Nos vemos en la siguiente entrada para descubrir cuáles fueron las de esta segunda mitad de 2023!

NaNoWriMo y actualización de escritura

¡Hola, hola!
¿Cómo va ese NaNoWriMo? ¿Alguno lo estáis haciendo?

Para los que les suene a nuevo este término me refiero al National Novel Writing Month. Un reto que se celebra todos los años dentro del mundo de la escritura en el cual el objetivo es escribir una novela corta en un mes, o lo que equivale a 50.000 palabras. Para ello se marca un mínimo de palabras que se debe escribir cada día. Algunos lo superan con creces, otros se quedan cortos, y a mí pues es un reto que me supera en sí, más que nada porque escribo muy lento y tiendo a repasar mucho lo anterior. Lo he intentado otros años, pero es un método demasiado exigente para mí, y no pasa nada, cada uno debe marcarse un ritmo acorde. Sí que es un buen método para conseguir una rutina escribiendo, pero, en mi caso, la vida adulta me impide muchas veces poder ponerme todos los días.

Sin embargo, en el mes de octubre sí que estuve escribiendo prácticamente todos los días y pude avanzar mucho la novela. Este mes de noviembre me está siendo muchísimo más complicado. Hice un viaje (me fui a Irlanda unos diítas), empiezan ya las fechas fuertes en mi curro en la librería y muchos días mi estamina acaba en cero cuando llego a casa, el adulting roba mucho tiempo (compras, lavadoras, hacer comidas, etc), y en cuanto intento socializar un poco, se me va el día. Y algunos días pues no pasa nada si no le doy a la tecla, como por ejemplo, mañana, que tengo un evento literario que me hace una ilusión tremenda, y es que presento a Marta Cruces en la librería Taiga a las 18h. Así que si alguien quiere pasarse, ¡es más que bienvenido!

Para los que estéis siguiendo el reto, ¡mucho ánimo! Ya queda menos de una semana para acabar el mes y estoy segura de que (aunque no lo consigáis), os habrá servido para aumentar vuestro manuscrito en unas cuantas miles de palabras. Y es que lo importante no es la productividad, si no la constancia (intentando grabármelo a fuego, aún sin conseguirlo).

Por último, contaros que estoy escribiendo los capítulos finales del Proyecto Ryu, lo que ya conocéis como el manuscrito que será La posada Shima II (nombre provisional, you know what I mean). Como os he dicho antes, este mes he bajado el ritmo y no estoy nada satisfecha con lo poco que estoy avanzando últimamente. Tengo fecha límite de entrega y está muy cerquita ya, lo que me preocupa un poco. Sé que he ido estupendamente durante todo este tiempo y que me he dejado la novela en un punto muy bueno para cogerla con ganas, así que voy a intentar no agobiarme con ello y poder disfrutar al ponerle punto y final. Si todo va bien (que lo irá), en 2024 podréis leerla y no sabéis las ganas que tengo ☺️

¡Nos seguimos leyendo!

¡Nueva publicación a la vista!

Sí, sí. Buenas noticias: ¡el año que viene saco nueva novela! Casi era algo que podíais intuir si me seguís por Instagram, donde estoy más activa. Sabíais que estaba escribiendo el #ProyectoRyu, que, si habéis leído La posada Shima, podréis reconocer enseguida por qué se llama así. Hoy, tras el evento de Munyx que hemos realizado en Valencia, ya os lo puedo confirmar… ¡En 2024 sale la segunda (¡y última!) parte de La posada Shima!

Y sé que muchos os preguntaréis: ¿Pero las bilogías no suelen ir saliendo de forma sucesiva, una un año, y la otra al siguiente? ¿Por qué has tardado tanto tiempo? ¿Por qué casi 6 años después?

Tengo respuestas, por supuesto. Y aunque sé que no tengo por qué justificarme, me gusta ser lo más honesta posible. Y creo que debo comenzar con lo que significa para mí la escritura. Como le dije hace pocos meses a mi psicóloga, cuando tenía un bloqueo escritoril tan grande que ya tocaba mi vida personal, le explicaba que la escritura para mí es como el respirar. Lo necesito. Es un medio de expresión, de canalizar emociones, de desahogo. Necesito escribir. Es cuando más equilibrada me siento, donde me encuentro, y cuando no puedo hacerlo, hay algo que me va envenenando y me deja mal. Pensaréis que soy una exagerada, pero os prometo que es tal cual. Así que, cuando tengo un bloqueo de escritura, acaba pasando factura al resto.

Bien, una vez comentado esto, vamos al meollo. En 2016 y durante la escritura del manuscrito de La posada Shima, yo había estado con depresión. Esto impregnó a mi escritura también. Se puede ver perfectamente cómo la novela se vuelve mucho más oscura y se carga bien de drama y dolor en la segunda parte hasta su desenlace. Había planeado una segunda parte que, puestos a ser sinceros, no me terminaba de encajar con la esencia de la primera. Entonces dejé cierto tiempo para darle más vueltas. En ese verano me puse a ver anime y me encontró una serie sobre natación que amé. Abrí una hoja de Word nueva y puse: «de alguna forma sabía que el agua me salvaría». Así empezó la escritura de La chica del corazón de agua, una historia que necesitaba escribir y en la que di todo y más. En 2018 publiqué La posada Shima con Munyx (aunque en ese entonces se llamaba Onyx) y en ese tiempo no volví a coger el portátil. Quería disfrutar de esos meses tan bonitos. En 2019 publiqué La chica del corazón de agua y, aunque seguí dándole vueltas a esa segunda parte, no terminaba de convencerme lo que se me ocurría, así que comencé el #ProyectoAdriana, pero se quedó en un muy avanzado estado cuando Euforia me pidió paso. Luego vino la pandemia y un bloqueo de escritura, pero ese mismo año acabé el manuscrito y en 2021 publiqué Euforia con Munyx también. No recuerdo si a finales de ese año o ya en 2022, sí di con una línea argumental consistente y que merecía la pena contar, así que me puse a ello. Soy una escritora muy lenta, así que tardo de media año o año y medio en acabar un manuscrito (si soy medio constante). Después vino un bloqueo muy heavy del que me desatasqué a mediados de este año, y ahora me encuentro ya en la parte final del proyecto. También os digo: bendita espera.

Reconozco que adoro cada parte de esta historia, que estoy enamorada de sus protagonistas, que me llena de alegría darles vida, y que esta segunda parte tenía que estar a la altura y pienso, orgullosa, que lo está. El año que viene me contáis si esto es cierto. Hasta entonces, a seguir dándole a la tecla ☺️

Veranito de escritura.

¿Cómo estáis? ¿Qué tal se os está dando el veranito? Tengo la página web un poco abandonada, así que a ver si consigo con esta entrada darle un poco de vidilla. Yo vuelvo mañana al trabajo después de una semanita de vacas. Mi idea principal era escribir mucho, pero más allá de ponerme un poquito una tarde, no he podido hacer más. Pero tampoco voy a fustigarme por ello, ¿verdad? He estado descansado, yendo a sitios, de compris, de karaoke, comiendo fuera, con la familia… Creo que he aprovechado bien los días.

Entre otras cosas, en este julio, mes del NaNoWriMo (National Novel Writing Month) muchos estaréis dándole a las teclas, concentrados en sacar esas 1.667 palabras diarias para superar la marca de las 50.000 palabras en un mes. Como sabéis, yo no estoy subida a esta ola. Durante los primeros años en los que nació este reto sí lo estuve haciendo, pero he comprobado que lo único que me genera es mucha presión y termino bloqueándome porque uno de los factores que más me pesan en mi escritura es la perfección. Soy tan perfeccionista, que hasta que una frase o párrafo no está bien pulido, no puedo pasar al siguiente, y por eso este reto que es solo escribir, no me va. Aun así motiva a que una quiera sentarse y arrancar un puñado de palabras nuevas a su manuscrito. ¡Mucho animo a los que estáis a tope con ello!

No sé qué intención tiene este post en realidad. Imagino que hablar un poco con vosotros y actualizaros cómo llevo mis proyectos literarios. Hace unas pocas semanas alcancé las 50.000 palabras en la historia en la que estoy enfrascada (#ProyectoRyu). Los que habéis leído mis novelas probablemente sabréis de qué se trata, porque sí, es una segunda parte. Tengo a todos mis personajes en el corazón, pero con estos no podía dejar de pensar que me faltaban ciertas cosas por contar. No es una precuela o secuela, es una segunda parte en toda regla. Continúa el relato poco tiempo después del primer libro. En su momento, allá por 2016, esbocé lo que quería que fuera, pero ha dado un giro tremendo y solo rescato a uno o dos personajes de esos apuntes algo disparatados. Aunque, honestamente, me está gustando tanto cómo está quedando que ni yo me lo creo.

Este mes de julio está siendo realmente especial y emocionante, tanto en el ámbito literario como en el mundo de las lecturas conjuntas. Y es que ahora se encuentra en pleno desarrollo la lectura conjunta de Euforia que propusieron las chicas de Hueco Literario para este mes de julio. El chat de telegram está muy activo, y es que las participantes se encuentran en la mitad de la novela, justo en el momento en el que todo puede cambiar. Estoy esperando con muchas ganas el día de la charla con spoilers, donde poder compartir un montón de detalles y rajar a gusto de todo lo que se comenta en el día a día en el chat. Procuro no interactuar mucho más allá de reaccionar a ciertas opiniones, pero me está encantando leer todo lo que piensan las lectoras.

Y poco más tengo que contaros. Sí que quiero subir una entrada para hablaros de las mejores lecturas de lo que llevo de año porque de verdad, he tenido algunas apasionantes. Pero me da que me voy a extender mucho, así que lo dejamos para la próxima. Feliz verano y bebed agüita 😀

Mejores lecturas 2022 autores asiáticos

¡Hola, hola!

Como os dije en la entrada anterior, hoy os vengo con mis mejores lecturas de autores asiáticos. Y es que este 2022 he leído muchísimo, así que puedo recomendaros de diferentes géneros y de diferentes países.

Corea del Sur

Blanco y Actos humanos, de Han Kang.

Si no habéis leído nada de esta autora, os recomiendo cualquiera de sus novelas (voy detrás de La vegetariana, pero no la encuentro por ninguna parte). Tiene una prosa preciosa. En blanco, sobre todo, es lo que más destaca. Hizo una lista de objetos, animales de color blanco que le inspiraron a escribir pequeños relatos, como microcuentos que tienen relación y que, leído de seguido, forma una historia sobre la maternidad, sobre la pérdida y el perdón.
Actos humanos es una historia sobre la guerra, los jóvenes jovencísimos que se vieron involucrados en ella y la inevitabilidad de la muerte. Un pequeño pueblo que está desbordado por los cuerpos que llenan un pabellón, un fantasma que ve todo lo que ocurre desde el mundo espiritual. Y es que las balas son imparciales y atraviesan sin miramientos familias, amores, vidas.

Hierba, de Keum Suk Gendry-Kim.

Esta es una novela gráfica durísima. Sabía qué me iba a encontrar; la sinopsis ya te lo advierte, y aunque no muestra lo más duro, sabes perfectamente qué está pasando en cada momento. Esta novela cuenta la experiencia terrible de las niñas y chicas surcoreanas que fueron capturadas y obligadas a darles placer a los soldados japoneses cuando Corea fue invadida, las llamadas mujeres de consuelo. Las metían en tugurios, en unas condiciones infrahumanas y sin darles apenas descanso. Una historia real de una superviviente, contada desde el máximo respeto para que no se olviden estos actos.

Japón

El pez en la luna, de Shion Miura.

Este libro se ha convertido en hogar, en un lugar seguro, donde volver si quiero que me calienten el corazón. Habla de dos amigos de toda la vida, uno que hereda la librería de segunda mano de su abuelo y el otro, experto comprador y vendedor de libros, obras especiales, inéditas, primeras ediciones… que se encuentran con el encargo de una viuda que quiere vender su gran biblioteca.
Destila un amor por la literatura maravilloso, y la relación de los dos protagonistas, que están casadísimos para mí, las leyendas, las peripecias que les ocurren… Un diez como una catedral. De esta autora también leí La gran travesía, otro alegato al amor por los libros, pero no me llegó tanto como este que os recomiendo.

La gula, de Asako Yuzuki.

BUENO, para mí EL descubrimiento. Yo no soy de leer thriller, pero es que esta novela es un algo más. Debería de haberse llamado Mantequilla, como la novela original (butter), porque es probablemente la palabra más usada. Y es que esta historia hará que salives y que no quieras dejar de leer bajo ningún concepto. Una periodista se obsesiona con un caso de una chica que, parece, encandilaba a hombres adinerados y disfrutaba de comidas en los restaurantes más exclusivos y la obsequiaban con cursos de cocina carísimos. Ahora que el juicio va a llevarse a cabo (casualmente alguno de sus sugar daddys han muerto en extrañas circunstancias), no puede evitar tener una pequeña entrevista con esta misteriosa mujer con el objetivo de conocer si todo lo que se dice sobre ella es cierto. Ahí empezará un tira y afloja de descubrimientos y de seguir paso a paso las huellas de una posible asesina, dejándose aconsejar sobre qué comer y cómo hacerlo.

Vietnam

El canto de las montañas, de Nguyên Phan Quê Mai.

Otro relato sobre la guerra (de Vietnam en este caso), una gran familia que se disgrega, secretos, sucesos que te dejan el corazón en un puño. Reencuentros que te hacen llorar. El canto de las montañas narra la vida de la familia Tran durante décadas, desde la abuela hasta su nieta, un ejemplo de resiliencia. Se muestra la parte más oscura del ser humano cuando solo se lucha por sobrevivir, pero también que siempre hay esperanza y bondad si se busca bien.
<<…me di cuenta de que, cuando los seres humanos nos fallan, la naturaleza puede salvarnos>>.

China

Viuda de hierro, de Xiran Jay Zhao.

¡Fantasía! Creo que por redes fui muy pesada con esta novela. Y es que hacía muchísimo que no leía juvenil y me sentí como cuando en el instituto leí Crepúsculo. Chillaba internamente. El mundo de esta China en una realidad paralela (tradiciones reales incluidas), donde los mechas existen en una guerra terrible contra una fuerza extraña, donde las mujeres son usadas como meras pilas energéticas hasta matarlas y se las infravalora como lo que más… Para eso está Zetian, para romper cada una de las creencias sobre la debilidad femenina y convertirse en una reina (metafóricamente). Pero es que es una auténtica reina. Además hay una especie de triángulo amoroso por ahí… Pero vaya, el universo y esta protagonista son para hacer la ola. ¡Deseando que salga la segunda parte!

¿Y vosotros? ¿Habéis leído alguna novela de algún autor asiático que os haya encantado? ¡Recomendadme! ☺️

Balance 2022

¡Feliz año nuevo!

Llevo ya unos años haciendo esto. ¿Creo que es el quinto, sexto? Siempre le pongo un nombre distinto, así que he unificado todas estas entradas de balance final de año o expectativas del siguiente en una misma categoría (Balance anual literario/personal), por si queréis leer los de años pasados. Creo que es importante echar la vista atrás y agrupar lo conseguido, lo vivido, lo perdido, lo deseado, lo que falta por alcanzar… en un mismo sitio para ser más objetivo. Como hacer una lista de todo eso que ha ocurrido para poder pensar: «ah, pues sí que ha sido un buen año», o poder gritar: «mira, que pase ya a 2023 porque no puedo más».

Este año he leído más que nunca, cumpliendo mi reto de goodreads (leer 40 libros) y superándolo por unos poquitos más. ¡Casi llego a los 50! Además, he leído mucho de autores asiáticos (autoras casi todo en verdad) y he descubierto auténticas joyas (algún día haré una entrada recomendando estas lecturas). 

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También he ampliado mi colección de K-pop, añadiendo otros grupos a mis estanterías (hello, Stray Kids y TXT) y cumpliendo con mi pequeño deseo de tener un miniálbum para guardar todas mis photocards (tenéis fotos y reels de esto en mi instagram ☺️). Gracias a Netflix he visto muchísimos k-dramas jiji

He viajado bastante por la geografía española y visitado lugares que aún no conocía. Además, en octubre, hicimos mi pareja y yo una escapada a Oporto, que amé mucho mucho.

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Contra todo pronóstico, volví a aparecer en el que para mí es EL evento, que es firmar en La Feria del Libro de Madrid. Siempre me siento muy querida, me hacéis sentir valorada y, es algo que suelo olvidar porque hace tiempo que no hago presentaciones o firmas, que lo que escribo importa. Gracias por recordármelo una vez más.

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Justo coincidiendo con la feria, nos invitaron a Carolina Casado y a mí a unas charlas sobre salud mental que planearon las chicas de Hueco Literario que se daban en el césped del Retiro. (¡Seguidlas para que no os perdáis nada! Tienen durante todo el año un montón de iniciativas alrededor de la literatura juvenil). En noviembre nos volvieron a invitar para hablar en las charlas online que planificaron para el NaNoWriMo y fue una hora muy especial también. Gracias por pensar siempre en nosotras y darnos así un espacio donde poder hablar de temas tan importantes ❤️.

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En septiembre, un año después, regresó a mis manos el libro viajero de Euforia y fue, honestamente, toda una experiencia poder ver la cantidad de pos-its, las frases escritas en los márgenes, las reseñas y reflexiones que me dejasteis en la libreta. Gracias por los dibujos y por las palabras. ¡Tengo muchas ganas de hacer uno de La chica del corazón de agua! Esta iniciativa me llenó muchísimo el corazón. Si queréis echarle un ojo, subí a mi Instagram un reel enseñándolo.

Autopubliqué mi primer poemario: Un faro entre sombras. Siempre he escrito poesía, incluso antes que relatos largos. Nunca imaginé que pudiera tener el valor suficiente (ni los poemas suficientes) como para compartir algo tan íntimo. Y es que, para mí, la poesía es mostrar un trocito muy concreto y descarnado de lo que eres. A mí siempre me ha servido de desahogo, de volcar lo feo que siento y liberarme un poquito de ello. (Si le dais una oportunidad, hacédmelo saber 💖).

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Además, como caído del cielo, me llegó una petición de presentación que me hizo una ilusión tremenda. Y mira que antes me ponía histérica, pero aunque hacía tiempo que no presentaba a nadie, creo que he conseguido adquirir ciertas tablas. Hablo de Las brujas de Kaizen, de Lau y Shei. Ellas son maravillosas, y su novela es una fantasía. ¡Leedlas!

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Para poner la nota discordante (con final feliz, por suerte) debo decir que mi final de año, en lo personal, ha sido de mucho llanto y miedo. Desde finales de octubre hasta el 13 de diciembre, fue una auténtica tortura. Mi sobri se puso muy malita y, hasta que supieron qué era, tuvo que pasar por muchas pruebas en la planta de oncología infantil. El diagnóstico que nos dieron nos hundió. Hubo operación, unos resultados ambiguos, más pruebas, pero, finalmente, ese 13 de diciembre, las mejores noticias. Estaba totalmente limpia. Y os pongo por aquí el nombre completo por si queréis investigar qué es un ganglioneuroblastoma, un tipo muy raro de tumor canceroso que se desarrolla a partir de tejido nervioso. Normalmente se presenta en bebés y niños (se detecta entre los 3 y 5 años). Si queréis colaborar en la investigación de este cáncer infantil, desde la propia web de la fundación del neuroblastoma se pueden hacer donaciones. Y si queréis colaborar de otra forma, leyendo sobre un caso real, Tamara Gorro (si no os cae muy bien omitid su nombre) ha sacado un cuento que se llama La princesa y la mariposa donde dona su porcentaje de autora íntegro a la investigación del neuroblastoma. A mí me encontró de casualidad en la librería donde trabajo y me llevé los dos que nos llegaron. No lo pude leer en su momento porque me resultaba muy duro, pero ahora que todo ha pasado le daré una oportunidad.

Quería hacer algo parecido con el poemario, así que, con toda seguridad, cuando me lleguen las regalías, lo destinaré a la misma causa. Porque, como bien dice la propia fundación, el neuroblastoma se cura investigando.

Por último, queda hacer reflexión sobre escritura. Este año es escueta. No he escrito apenas (en estos últimos meses absolutamente nada). He priorizado lo que estaba viviendo en el momento, que era lo suficientemente intenso como para volcarme en ello. Sin embargo, no me siento (tan) culpable como me habría sentido unos años atrás. ¿Estoy madurando?  Ya sabéis que mi relación con la escritura ha sido muy turbulenta. Imagino que no siento esa presión precisamente porque no he estado cerca de ella en un tiempo largo. Sí he escrito poesía, pero ya sabéis que para mí es más una forma de canalizar cosas concretas, de desahogo. Es lo que me ha mantenido creativa en este año. Pero creo que se acabó toda esta temporada de autocompasión. En el 2023 quiero volver a proponerme acabar una novela. ¿No sería genial? ¿No sería increíble? Intentémoslo.

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Acabo con que esta etapa vital de mis 30 los estoy llevando con cierta entereza. Me encuentro más serena y tomando las decisiones que estimo correctas para mi. Es el segundo año que paso independizada y estoy mucho más cómoda en la rutina. Eso ya es mucho.

En cuanto a los propósitos del 2023, solo espero tener ilusión. Es algo que he ido perdiendo de forma paulatina y que necesito recuperar. También quiero viajar, probar algo nuevo, escribir mucho, ser más consciente de mi presente (no vivir con el piloto automático), ver con más asiduidad a mis amigas, acudir a más eventos literarios, crecer un poquito más como escritora.

¿Y vosotros? ¿Cuáles son vuestros propósitos de año nuevo?

¡Acabo de publicar mi primer poemario!

¡Hola, hola!

Hace mucho que no me paso por aquí, pero hoy vengo con un notición. Durante estos últimos meses he estado trabajando en un proyecto muy personal. Muchos ya sabéis de qué se trata y otros os estaréis enterando ahora:

¡Acabo de publicar mi primer poemario!

Sé que es una nueva faceta que no he mostrado demasiado (si me sigues por Instagram habrás visto algo más), pero desde que iba a primaria la poesía me ha acompañado durante épocas muy largas con parones muy largos también entre medias. Creo que el momento de máxima creación fue en mi adolescencia… y justo en el momento actual. Desde la pandemia surgió en mí una necesidad de querer expresarme que solo la poesía me ofrecía. Para mí es una forma muy seria y profunda de ahondar en lo más íntimo y oscuro de uno mismo. Justo por eso siento bastante respeto por dejar sueltos mis poemas para que podáis leerlos, porque son una parte de mí, ficcionada o no. Pero como siempre he hecho con mis novelas, sabía que este salto al vacío quería/tenía que darlo, que sería mejor mostrar también este lado.

Lo he dicho en varias ocasiones ya, pero para mí la escritura siempre ha sido un salvavidas, mi refugio, esa balsa que siempre me lleva a la orilla. Con este poemario ocurre igual. Ha arrancado un poquito de esos fantasmas, de esas vivencias, y las ha descargado aquí.

¡Así que ya podéis buscar en Amazon: Un faro entre sombras!

Y os preguntaréis: ¿por qué ese título? Pues veréis, hay dos poemas que le dan sentido dentro de una de las temáticas en las que está dividido el poemario. Pero os puedo adelantar que hablo mucho sobre los monstruos que habitan en mi cabeza y del lugar seguro que todos tenemos también para cobijarnos o espantarlos. Es esa esperanza que brilla a veces de forma muy sutil, pero que siempre está.

En cuanto a los aspectos físicos del libro, le encargué a Munyx Design la maquetación, portada e interiores. Estoy muy contenta con el resultado final porque quería que fuera un poemario sencillo, con portadillas que separaran los temas con ilustraciones lineales, metafóricas pero simples. También quería que los poemas se vieran en hoja completa, que no se partieran y se tuviera que pasar la página para seguir leyendo, si no que de un vistazo pudieras ver el poema entero.

He autopublicado con la opción que da Amazon, bastante intuitiva y acorde a lo que iba buscando. Pensaba que iba a necesitar más ayuda (que sí, pedí ayuda para los aspectos formales, medidas y acabados, temas fiscales…), pero creía que iba a necesitar un tutorial de una hora para poder hacerlo sola. Ahora solo espero que, si pedís un ejemplar, os llegue cuanto antes y en perfectas condiciones. He habilitado las opciones tanto de tapa blanda como de eBook para que podáis elegir el mejor formato para vosotros. También he ajustado los precios porque entiendo que soy una pipiola en este ámbito y no es plan de que en los tiempos que corren vengamos a poner la zancadilla a la cultura.

Y acabo este post diciendo que espero que le deis una oportunidad. Son un montón de sentimientos hechos poesía y con la mejor de las intenciones. Ya es vuestro, ¡disfrutadlo!

Podéis echarle un vistazo haciendo clic AQUÍ.

Cuando se hace viral un tuit sobre salud mental

Primero pongo en contexto:
Ayer, 08/01/2022, vi una noticia en mi cuenta de Twitter que llamó poderosamente mi atención. Entré e hice pantallazo (no compartí la noticia en sí porque considero que darle clics a una web que monetiza a sus lectores y que usa algo tan grave -y morboso- para tener visitas pues está mal). Lo dicho, subí un tuit manifestando el horror que sentí al contemplar la gráfica que mostraba una comparativa de las muertes que había habido por COVID y por suicidios en diferentes franjas de edades. Justo después dejé el móvil en la taquilla del trabajo y me fui. Durante el día de ayer empezó a tener mucha interacción, mucha muchísima. Dejo pantallazo del tuit en cuestión:

Tuit en el que se lee "Esto es terrible" y aparece una foto donde se ve una gráfica comparativa por edades de 0-29, de 30-39 y de 40-49 donde la columna de muertes por suicidios es el doble que muertes por Covid en las dos primeras franjas y en la última la supera por un cuarto. Se lee además que la fuente es del periódico El mundo y que titula la noticia: el suicidio, la pandemia silenciosa que se cobra más vidas de jóvenes que el covid-19.
Fuente de la noticia: El periódico digital El mundo.

Quizá no debería de darle más importancia, pero sí que la tiene. Que una noticia sobre suicidios cause tantísimo revuelo y que tanta gente la comparta quiere decir que comprendemos que, aunque esto viene de lejos, la pandemia nos está costando muchísimo más que la salud física. Los que me conocéis un poquito sabéis que la salud mental siempre está presente en mis discursos, así como en mis novelas. Que la última, Euforia, toque el tema del suicidio tampoco es casual. Eludir hablar de un tema solo lo convierte en tabú, invisibiliza un problema real al que hay que poner soluciones de inmediato. Con una sanidad pública colapsada, con tan pocos efectivos en las ramas de psiquiatría, y con tiempos de espera de más de un mes (depende de cada Comunidad) para que te hagan seguimiento, es lógico al igual que descorazonador que uno llegue a pensar que hay pocas salidas. Pero otra de las cosas que me ha enseñado este tuit viral, ha sido la cantidad de gente dispuesta a ayudar y a ofrecerse a escuchar. Yo, en lo personal, me quedo con esto.

También, el hecho de que tanta gente viera el tuit y opinara, me dejó una gran reflexión. Creo que es bueno hacer este tipo de ejercicio para ver qué impacto tienen tus palabras y actos en el mundo. Y creo no, sé que fue algo positivo. La gran mayoría se escandalizaba, al igual que yo y se preguntaba por qué no abría esto cada día las noticias en vez del COVID, otros me cuestionaban y me pedían explicaciones, a los que muy amablemente remitía a su fuente original y a otras fuentes que algunas personas aportaron a la causa. Desde aquí mi agradecimiento. El hecho de que la gráfica sea tan simple levantó muchas ampollas. Es cierto que no indica una cantidad, que tampoco hay una variable Y, y que usa una comparativa que nada tiene que ver una cosa con otra. Pero, con sinceridad, no era necesario porque hizo su función. Explicaba desde un concepto que conocemos porque lo vemos todos los días (COVID, infectados, muertes) y lo tomaba de referencia para mostrar otra realidad mucho más aplastante. ¿Que debería de haber cifras en esa noticia? Por supuesto. Pero no podemos tampoco exigir que por una vez que se hable de esto, se haga de forma tan exhaustiva. Y creo que en la simpleza del tuit está el por qué de su viralización.

Y no quiero acabar sin hablar de un tema muy preocupante, ya que algunos citaron el tuit con frases como «ahí estoy yo mañana» o «yo soy el próximo» o «la verdad que dan ganas de engrosar esas gráficas». Entiendo que muchos se lo tomaron a guasa con un XD final, ironizando, pero sé que otros solo dejaban por escrito su grito de auxilio. Porque a veces se verbaliza algo antes de pararse a pensar realmente en ello. Sin embargo, creo que esto me vino grande porque, aunque sí hablé con algunas personas, otras se me quedaban ocultas y tengo la sensación de que me quedó mucho por hacer. Sé que no es mi función. Que lo que ha ocurrido ha sido algo muy puntual, que solo soy una persona empática que quiere ayudar. No tengo formación de ninguna clase en cuanto a psicología, solo cuento con mi experiencia personal con la depresión y con el testimonio y charlas de otras amigas que han estado en mi misma situación. He leído mucho al caso, pero para nada me considero alguien que pueda ayudar de verdad. Solo puedo ser un oído, unas palabras de aliento, un primer paso que derive en ponerse en manos de un profesional. Pero mis MD siempre van a estar abiertos por si lo necesitas.

Y por último decirte que no estás solo. Ahora mismo las cosas no parecen muy halagüeñas, pero pasarán y tú dejarás de sentirte así. Créeme. Te mando un abrazo enorme y te insto a hablar.

Balance de 2021

¡Hola, hola!

Otro año que dejamos atrás y doce páginas nuevas en blanco que nos esperan. Como lleva siendo ya costumbre, toca hacer balance y reflexionar un poco sobre lo que ha dado de sí este 2021.

Este fin de año me ha tocado pasarlo confinada y, la verdad, no ha sido nada fácil. Iba con el preparamiento previo de la primera cuarentena, pero esta vez he tenido que pasarlo sola en una habitación, y debo reconocer que los primeros días han sido durillos. ¡Pero ya me queda poquísimo para salir!

Algunos tenéis una memoria prodigiosa para hacer balance, pero yo no tengo esa lucidez, así que he tenido que echar hacia atrás en la galería de fotos para recordar qué ha ocurrido en este 2021. Una de las primeras cosas que tuvimos fue a Filomena, su nevada tremenda y con miniconfinamiento incluido. Ese primer día disfruté mucho de la nieve. Los diez días siguientes no fueron tan divertidos por el hielo que había por todas partes. Espero, sinceramente, si vuelve a ocurrir algo parecido de nuevo, que hayamos aprendido de esta y haya efectivos mucho antes.

Mis tres novelas juntitas: Euforia, La chica del corazón de agua y La posada Shima.

Lo más reseñable que ocurrió después y lo más grande de este año fue la publicación de Euforia en abril de mano de mi querida editorial, Munyx. Una historia sobre amistad rota, añoranza y que toca la salud mental. Ambientada en Corea del Sur y con representación queer. Tuvo una aceptación muy buena y de vez en cuando me siguen llegando reseñas que me calientan el corazoncito. La novedad con esta nueva novela fue hacer presentación online y club de lectura online también. Ojalá pueda hacer algo presencial en algún momento de 2022.

Aunque sí que acudí a tres eventos presenciales este año: a la feria del libro de Vallecas, a la feria del libro de Madrid gracias a la litcon y firmé dos días en la feria del libro de Valencia. ¡Cuánto echaba de menos todo esto! Los lectores sois tan, pero tan importantes, y he echado tan en falta esa cercanía. De verdad que no recordaba sentirme tan nerviosa pero tan feliz al mismo tiempo.

Siendo ponente en la charla: Los profundos trasfondos de la literatura juvenil en la Feria del libro de Madrid.
Siendo ponente en la charla: Los profundos trasfondos de la literatura juvenil en la Feria del libro de Madrid.
Feria del libro de Vallecas.
Feria del libro de Valencia.

Sin embargo, Euforia no fue lo único que salió a la luz. En este 2021 he participado en dos antologías benéficas, una para la causa del Black Lives Matter: Antología esperanza. Mi relato se llamaba El lugar sin puertas. Y más recientemente participé en la Antología sueños de hadas con el relato El hada mecánica, cuyo libro podéis conseguir en físico y cuyo importe va destinado a protectoras de animales.

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A pesar de todo, ha tocado cancelar también muchos planes. Tenía pensado viajar fuera de España si esto mejoraba, pero cuando tenía vacaciones, la cosa se complicaba. Aún así sí que me fui a Bilbao unos días del verano y me sirvió para desconectar e ir un poco más abrigada que en Madrid. También he vuelto al cine, he superado un año entero independizada, con todo lo que ello conlleva, y he sido muy feliz en mi casita. Aunque eso que pensaba de que iba a tener muchísimo tiempo para hacer todo lo que quisiera era una ilusión como un elefante de grande. El adulting se escondía detrás y eso sí que ha sido una jarra de realidad. Mantener una casa, el empleo que te da de comer y mantenerse vivo es muy difícil y sí, requiere mucho tiempo también.

No quería acabar la entrada sin actualizaros mi año de escritura (cosas no publicadas ni terminadas). No ha estado mal entendiendo los casi dos años tan complicados que llevamos con el Covid. A muchos nos ha afectado no solo en lo personal, en la salud, sino también en la productividad. Ha sido muy difícil ser creativo, recuperar rutina, centrarse. Sin embargo, no tengo esa voz enfermiza que me repetía de forma constante que no acabar un manuscrito por año era un fracaso. A veces sí que ha aparecido, no voy a negarlo. Llevo una relación muy larga con ella y no va a desaparecer sin más, pero es algo positivo al menos. Me subieron de horas en el trabajo y el cansancio al volver a casa hacía que no fuera capaz de poner tres frases seguidas. Así que me priorizaba y decidía desconectar y descansar. Ha sido muy difícil convencerme de que hacía lo correcto, de que no debía de estar haciendo cosas todo el tiempo, produciendo todo el tiempo. (Y esto lo digo mientras ocupo el tiempo de mi viaje en bus para escribir este párrafo). Bueno, a veces vuelve esa vocecilla y le hago caso. (aclaración: comencé a escribir esta entrada un par de días antes de dar positivo y tener que confinarme).

Como he dicho antes, no he acabado ningún manuscrito largo. Sí que he avanzado mucho con el proyecto Ryu, ¡justo hoy he alcanzado las 100 páginas! Si me habéis leído en redes, se trata de una segunda parte de la que por fin estoy satisfecha con todo. Cuando acabé la primera, empecé a escribir esta, pero no estaba del todo conforme con el planteamiento, así que dejé pasar los años hasta que tuviera una trama que la hiciera justicia. Magia, melancolía, demonios, reencuentros, ¡más traiciones!

Lo que sí que he escrito ha sido mucha poesía a lo largo de los meses. Tengo por ahí una cosita que quiero que vea la luz en 2022, así que espero que lo anticipéis con ganas porque es un proyecto muy personal. Os dejo por aquí uno de los últimos poemas del año:

En cuanto al proyecto conjunto que tenemos Carolina Casado y yo, ha habido algún que otro avance. Nos queda poquísimo para acabar la planificación completa del proyecto destrucción (ha sido tan difícil poder reunirnos durante todos estos meses), pero casi la tenemos. La escritura aún se va a demorar un poco por las novelas personales que tenemos cada una entre manos, pero queremos darle bien a las teclas en cuanto nos quedemos un poquito libres.

Y, por último, este diciembre comencé a esbozar otro proyecto que me tiene con mucha ilusión, el proyecto Cielo. No pensé mucho en el nombre del proyecto, ya que en realidad la primera frase de la novela se refiere a alguien mirando hacia el cielo, así que no creo que sea muy esclarecedor ese título. Quizá lo cambie más adelante. De este puedo decir aún poco, pero volveré a Corea del sur y habrá romance y un poco de ciencia ficción.

Y aquí acaba más o menos lo que he hecho en este año que hemos dejado atrás. Releyendo la entrada me doy cuenta de que no ha sido poco, y solo espero que este 2022 nos traiga ganas de seguir luchando y esforzándonos por lo que nos apasiona.

Mucha salud para todos y gracias por seguir ahí 💖