NaNoWriMo y actualización de escritura

¡Hola, hola!
¿Cómo va ese NaNoWriMo? ¿Alguno lo estáis haciendo?

Para los que les suene a nuevo este término me refiero al National Novel Writing Month. Un reto que se celebra todos los años dentro del mundo de la escritura en el cual el objetivo es escribir una novela corta en un mes, o lo que equivale a 50.000 palabras. Para ello se marca un mínimo de palabras que se debe escribir cada día. Algunos lo superan con creces, otros se quedan cortos, y a mí pues es un reto que me supera en sí, más que nada porque escribo muy lento y tiendo a repasar mucho lo anterior. Lo he intentado otros años, pero es un método demasiado exigente para mí, y no pasa nada, cada uno debe marcarse un ritmo acorde. Sí que es un buen método para conseguir una rutina escribiendo, pero, en mi caso, la vida adulta me impide muchas veces poder ponerme todos los días.

Sin embargo, en el mes de octubre sí que estuve escribiendo prácticamente todos los días y pude avanzar mucho la novela. Este mes de noviembre me está siendo muchísimo más complicado. Hice un viaje (me fui a Irlanda unos diítas), empiezan ya las fechas fuertes en mi curro en la librería y muchos días mi estamina acaba en cero cuando llego a casa, el adulting roba mucho tiempo (compras, lavadoras, hacer comidas, etc), y en cuanto intento socializar un poco, se me va el día. Y algunos días pues no pasa nada si no le doy a la tecla, como por ejemplo, mañana, que tengo un evento literario que me hace una ilusión tremenda, y es que presento a Marta Cruces en la librería Taiga a las 18h. Así que si alguien quiere pasarse, ¡es más que bienvenido!

Para los que estéis siguiendo el reto, ¡mucho ánimo! Ya queda menos de una semana para acabar el mes y estoy segura de que (aunque no lo consigáis), os habrá servido para aumentar vuestro manuscrito en unas cuantas miles de palabras. Y es que lo importante no es la productividad, si no la constancia (intentando grabármelo a fuego, aún sin conseguirlo).

Por último, contaros que estoy escribiendo los capítulos finales del Proyecto Ryu, lo que ya conocéis como el manuscrito que será La posada Shima II (nombre provisional, you know what I mean). Como os he dicho antes, este mes he bajado el ritmo y no estoy nada satisfecha con lo poco que estoy avanzando últimamente. Tengo fecha límite de entrega y está muy cerquita ya, lo que me preocupa un poco. Sé que he ido estupendamente durante todo este tiempo y que me he dejado la novela en un punto muy bueno para cogerla con ganas, así que voy a intentar no agobiarme con ello y poder disfrutar al ponerle punto y final. Si todo va bien (que lo irá), en 2024 podréis leerla y no sabéis las ganas que tengo ☺️

¡Nos seguimos leyendo!

Veranito de escritura.

¿Cómo estáis? ¿Qué tal se os está dando el veranito? Tengo la página web un poco abandonada, así que a ver si consigo con esta entrada darle un poco de vidilla. Yo vuelvo mañana al trabajo después de una semanita de vacas. Mi idea principal era escribir mucho, pero más allá de ponerme un poquito una tarde, no he podido hacer más. Pero tampoco voy a fustigarme por ello, ¿verdad? He estado descansado, yendo a sitios, de compris, de karaoke, comiendo fuera, con la familia… Creo que he aprovechado bien los días.

Entre otras cosas, en este julio, mes del NaNoWriMo (National Novel Writing Month) muchos estaréis dándole a las teclas, concentrados en sacar esas 1.667 palabras diarias para superar la marca de las 50.000 palabras en un mes. Como sabéis, yo no estoy subida a esta ola. Durante los primeros años en los que nació este reto sí lo estuve haciendo, pero he comprobado que lo único que me genera es mucha presión y termino bloqueándome porque uno de los factores que más me pesan en mi escritura es la perfección. Soy tan perfeccionista, que hasta que una frase o párrafo no está bien pulido, no puedo pasar al siguiente, y por eso este reto que es solo escribir, no me va. Aun así motiva a que una quiera sentarse y arrancar un puñado de palabras nuevas a su manuscrito. ¡Mucho animo a los que estáis a tope con ello!

No sé qué intención tiene este post en realidad. Imagino que hablar un poco con vosotros y actualizaros cómo llevo mis proyectos literarios. Hace unas pocas semanas alcancé las 50.000 palabras en la historia en la que estoy enfrascada (#ProyectoRyu). Los que habéis leído mis novelas probablemente sabréis de qué se trata, porque sí, es una segunda parte. Tengo a todos mis personajes en el corazón, pero con estos no podía dejar de pensar que me faltaban ciertas cosas por contar. No es una precuela o secuela, es una segunda parte en toda regla. Continúa el relato poco tiempo después del primer libro. En su momento, allá por 2016, esbocé lo que quería que fuera, pero ha dado un giro tremendo y solo rescato a uno o dos personajes de esos apuntes algo disparatados. Aunque, honestamente, me está gustando tanto cómo está quedando que ni yo me lo creo.

Este mes de julio está siendo realmente especial y emocionante, tanto en el ámbito literario como en el mundo de las lecturas conjuntas. Y es que ahora se encuentra en pleno desarrollo la lectura conjunta de Euforia que propusieron las chicas de Hueco Literario para este mes de julio. El chat de telegram está muy activo, y es que las participantes se encuentran en la mitad de la novela, justo en el momento en el que todo puede cambiar. Estoy esperando con muchas ganas el día de la charla con spoilers, donde poder compartir un montón de detalles y rajar a gusto de todo lo que se comenta en el día a día en el chat. Procuro no interactuar mucho más allá de reaccionar a ciertas opiniones, pero me está encantando leer todo lo que piensan las lectoras.

Y poco más tengo que contaros. Sí que quiero subir una entrada para hablaros de las mejores lecturas de lo que llevo de año porque de verdad, he tenido algunas apasionantes. Pero me da que me voy a extender mucho, así que lo dejamos para la próxima. Feliz verano y bebed agüita 😀

NaNoWriMo2018

¡Hola, hola!

Comienza el National Novel Writing Month que, para quien no lo sepa, es una iniciativa que dura todo noviembre y que consiste en escribir todos los días unas 1.667 palabras para llegar, al finalizar el mes, a las 50.000 palabras escritas (lo que sería una novela corta).

fghfgfjfjdgj2Yo llevo participando desde 2015 y, aunque nunca he llegado a conseguir escribir tanto, sí que me ha servido para darle un empujón al manuscrito que tenía entre manos en ese momento. Por ejemplo, en ese mismo año me sirvió para avanzar con La posada Shima (Onyx Editorial, 2018); en 2016 me ayudó mucho con La chica del corazón de agua (publicación en primavera 2019, Onyx Editorial); en 2017 comencé un proyecto de cero que no cuajó y que se llamaba Héroes de papel; y en este 2018 estoy centrada en avanzar con la novela, que no tiene título todavía, y por eso se llama Proyecto Adriana.

Este año sé que tampoco voy a cumplir con el objetivo del NaNo porque, por viajes y eventos, soy consciente de que no voy a tener tiempo y de que no voy a poder ponerme a escribir todos los días. Además, yo uso esta iniciativa como un estímulo, no como lo que es en sí. Ya he probado muchas técnicas para mejorar mi productividad y lo que mejor me viene es una rutina. En los últimos meses he estado procrastinando mucho y centrándome en otras cosas que me apetecían más, como ver pelis o escuchar nueva música. Este mes quiero centrarme en esta historia y sacarla adelante, que después me toca una corrección intensa.

Proyecto AdrianaPara ir calentando motores, yo ya he rellenado la página de la novela: #ProyectoAdriana, por si me queréis seguir o cotillear sobre lo que va. Ya tiene su portadilla con Edimburgo de fondo y nada, que poco más puedo decir porque soy brújula y los personajes van moviéndose como quieren. Lo bueno es que, tras mi viaje a Escocia, me he traído una experiencia vital muy buena, que era lo que necesitaba para darle al contexto la rotundidad que buscaba.

Solo me queda deciros que no os agobiéis, seguid vuestro ritmo. No pasa nada por llegar antes o después o no llegar al mínimo. El número de palabras no es lo importante, sino el contenido. Que os sintáis cómodos, que améis lo que estéis escribiendo, que disfrutéis de la experiencia. La escritura es liberación, no una obligación.

Espero que os encante embarcaros en este mes de locura. ¡A por el reto!

Proyecto: Héroes de papel

Al igual que cuando empecé a escribir La chica del corazón de agua, parece que me animo a seguir dándole a la tecla cuando voy compartiendo los avances que hago en mi universo literario. Así que hoy quería hablaros del proyecto en el que ando esfrascada: Héroes de papel.

Para el #NaNoWriMo me obligué a comenzar una nueva historia que apenas tenía esbozada en la cabeza. Algo terrible, porque no tenía nada pensado y así ha salido el reto, fatal. No he llegado ni a las 15.000 palabras. Peor que el año pasado. Pero bueno, siendo un fracaso o no, he conseguido lo que quería, empezar algo nuevo.

Unos meses antes había abierto un word esbozando algo parecido a un prólogo y a un momento muy turbio sobre una tal Jena. Pues bien, ese pequeñín ha crecido en mi cabeza y ahora cuenta con más de 30 páginas. En noviembre quise escribir, pero hice las cosas mal y no me salió nada. En estos primeros días de diciembre sin embargo, al tener las ideas mucho más maduras, le he pegado un pequeño empujón a las tramas y a lo que quiero que ocurra. La libreta de flores que estoy utilizando se está llenando de escenas, de nombres, de poderes, de premisas y de frases clave que han de pronunciar los personajes en ciertos momentos.

Os preguntaréis de qué va, aunque aún está muy verde el proyecto. Pero no lo voy a decir, solo voy a dejar este aesthetic por aquí y ya os contaré más adelante algo:

 

Si hacéis clic encima se hacen más grandess.

Ahora mismo me encuentro ilusionada. Voy mezclando ratos de documentación con ratos de escritura. Ratos buscando imágenes para inspirarme y ratos tomando notas en mi bonita libreta. Espero que la próxima actualización sea en unas semanas diciendo que voy a buen ritmo y que la historia está alcanzando unas cotas que no esperaba.

¿Es pronto para felicitar la navidad? A mí me ha venido este regalo antes de tiempo en forma de historia.

 

#NaNoWriMo2016

¡Hola, hola! Hace bastante que no actualizo el blog y es que por motivo de la celebración del #NaNoWriMo2016 y por un viaje y por otras cuestiones, no he leído apenas y abandoné un poco las redes sociales. Pero aquí estoy de vuelta para contaros cómo me ha ido el #NaNoWriMo (National Novel Writing Month).

Para quien no lo sepa, es una iniciativa que se lleva haciendo desde hace unos años y que consiste en escribir 50.000 palabras en un mes. Tiene su página web propia y puedes ir actualizando tu perfil con las palabras que vas escribiendo cada día. La verdad que es algo que motiva pues vas viendo tu gráfica y puedes ir comparando tus resultados con los de tus conocidos o amigos.

Es la primera vez que me apuntaba oficialmente, subiendo fotito de perfil, poniendo el título de la novela… y aunque me he quedado a mitad de las 50.000, para mí no ha sido un fracaso. ¿Por qué? Pues muy simple. La razón por la que me había unido era para darle un empujón a la novela que estaba desarrollando durante septiembre y octubre y la cosa ha avanzado mucho. Solo que, como veréis en la foto, a mitad de mes, el contador se paró.

nanowrimo

Si analizamos el gráfico se ve que del 12 al 15 estuve de viaje, por lo que no escribí. A partir de ahí, como perdí rutina, lo abandoné un poco y escribía esporádicamente. En estos últimos días sí he vuelto a coger el ritmo y espero que me aguante un tiempo. No suelo ser constante, y como me apunto a muchas cosas pues al final me falta tiempo. Así que cada novela que escribo tardo muchos meses.

Otra cosa que he descubierto en este mes es que no puedo escribir sin más. Tengo que releer lo de antes, reescribir partes… Y es que si no está bien para mí, no puedo avanzar. En el #NaNoWriMo la idea es escribir. Escribir sin más. Cuanto más mejor. Y luego utilizar los meses siguientes para ordenarla, pulirla… Pero yo no puedo. Y sinceramente, eso no me parece algo malo. Solo tardo más. Posiblemente en la relectura global, tenga menos cosas que reescribir o cambiar que si lo hiciera todo de seguido.

En definitiva, a pesar de que no haya conseguido escribir las 50.000 palabras, para mí ha supuesto un gran avance. ¿Lo haré el año que viene? Casi seguro que sí.