NaNoWriMo y actualización de escritura

¡Hola, hola!
¿Cómo va ese NaNoWriMo? ¿Alguno lo estáis haciendo?

Para los que les suene a nuevo este término me refiero al National Novel Writing Month. Un reto que se celebra todos los años dentro del mundo de la escritura en el cual el objetivo es escribir una novela corta en un mes, o lo que equivale a 50.000 palabras. Para ello se marca un mínimo de palabras que se debe escribir cada día. Algunos lo superan con creces, otros se quedan cortos, y a mí pues es un reto que me supera en sí, más que nada porque escribo muy lento y tiendo a repasar mucho lo anterior. Lo he intentado otros años, pero es un método demasiado exigente para mí, y no pasa nada, cada uno debe marcarse un ritmo acorde. Sí que es un buen método para conseguir una rutina escribiendo, pero, en mi caso, la vida adulta me impide muchas veces poder ponerme todos los días.

Sin embargo, en el mes de octubre sí que estuve escribiendo prácticamente todos los días y pude avanzar mucho la novela. Este mes de noviembre me está siendo muchísimo más complicado. Hice un viaje (me fui a Irlanda unos diítas), empiezan ya las fechas fuertes en mi curro en la librería y muchos días mi estamina acaba en cero cuando llego a casa, el adulting roba mucho tiempo (compras, lavadoras, hacer comidas, etc), y en cuanto intento socializar un poco, se me va el día. Y algunos días pues no pasa nada si no le doy a la tecla, como por ejemplo, mañana, que tengo un evento literario que me hace una ilusión tremenda, y es que presento a Marta Cruces en la librería Taiga a las 18h. Así que si alguien quiere pasarse, ¡es más que bienvenido!

Para los que estéis siguiendo el reto, ¡mucho ánimo! Ya queda menos de una semana para acabar el mes y estoy segura de que (aunque no lo consigáis), os habrá servido para aumentar vuestro manuscrito en unas cuantas miles de palabras. Y es que lo importante no es la productividad, si no la constancia (intentando grabármelo a fuego, aún sin conseguirlo).

Por último, contaros que estoy escribiendo los capítulos finales del Proyecto Ryu, lo que ya conocéis como el manuscrito que será La posada Shima II (nombre provisional, you know what I mean). Como os he dicho antes, este mes he bajado el ritmo y no estoy nada satisfecha con lo poco que estoy avanzando últimamente. Tengo fecha límite de entrega y está muy cerquita ya, lo que me preocupa un poco. Sé que he ido estupendamente durante todo este tiempo y que me he dejado la novela en un punto muy bueno para cogerla con ganas, así que voy a intentar no agobiarme con ello y poder disfrutar al ponerle punto y final. Si todo va bien (que lo irá), en 2024 podréis leerla y no sabéis las ganas que tengo ☺️

¡Nos seguimos leyendo!

¡Nueva publicación a la vista!

Sí, sí. Buenas noticias: ¡el año que viene saco nueva novela! Casi era algo que podíais intuir si me seguís por Instagram, donde estoy más activa. Sabíais que estaba escribiendo el #ProyectoRyu, que, si habéis leído La posada Shima, podréis reconocer enseguida por qué se llama así. Hoy, tras el evento de Munyx que hemos realizado en Valencia, ya os lo puedo confirmar… ¡En 2024 sale la segunda (¡y última!) parte de La posada Shima!

Y sé que muchos os preguntaréis: ¿Pero las bilogías no suelen ir saliendo de forma sucesiva, una un año, y la otra al siguiente? ¿Por qué has tardado tanto tiempo? ¿Por qué casi 6 años después?

Tengo respuestas, por supuesto. Y aunque sé que no tengo por qué justificarme, me gusta ser lo más honesta posible. Y creo que debo comenzar con lo que significa para mí la escritura. Como le dije hace pocos meses a mi psicóloga, cuando tenía un bloqueo escritoril tan grande que ya tocaba mi vida personal, le explicaba que la escritura para mí es como el respirar. Lo necesito. Es un medio de expresión, de canalizar emociones, de desahogo. Necesito escribir. Es cuando más equilibrada me siento, donde me encuentro, y cuando no puedo hacerlo, hay algo que me va envenenando y me deja mal. Pensaréis que soy una exagerada, pero os prometo que es tal cual. Así que, cuando tengo un bloqueo de escritura, acaba pasando factura al resto.

Bien, una vez comentado esto, vamos al meollo. En 2016 y durante la escritura del manuscrito de La posada Shima, yo había estado con depresión. Esto impregnó a mi escritura también. Se puede ver perfectamente cómo la novela se vuelve mucho más oscura y se carga bien de drama y dolor en la segunda parte hasta su desenlace. Había planeado una segunda parte que, puestos a ser sinceros, no me terminaba de encajar con la esencia de la primera. Entonces dejé cierto tiempo para darle más vueltas. En ese verano me puse a ver anime y me encontró una serie sobre natación que amé. Abrí una hoja de Word nueva y puse: «de alguna forma sabía que el agua me salvaría». Así empezó la escritura de La chica del corazón de agua, una historia que necesitaba escribir y en la que di todo y más. En 2018 publiqué La posada Shima con Munyx (aunque en ese entonces se llamaba Onyx) y en ese tiempo no volví a coger el portátil. Quería disfrutar de esos meses tan bonitos. En 2019 publiqué La chica del corazón de agua y, aunque seguí dándole vueltas a esa segunda parte, no terminaba de convencerme lo que se me ocurría, así que comencé el #ProyectoAdriana, pero se quedó en un muy avanzado estado cuando Euforia me pidió paso. Luego vino la pandemia y un bloqueo de escritura, pero ese mismo año acabé el manuscrito y en 2021 publiqué Euforia con Munyx también. No recuerdo si a finales de ese año o ya en 2022, sí di con una línea argumental consistente y que merecía la pena contar, así que me puse a ello. Soy una escritora muy lenta, así que tardo de media año o año y medio en acabar un manuscrito (si soy medio constante). Después vino un bloqueo muy heavy del que me desatasqué a mediados de este año, y ahora me encuentro ya en la parte final del proyecto. También os digo: bendita espera.

Reconozco que adoro cada parte de esta historia, que estoy enamorada de sus protagonistas, que me llena de alegría darles vida, y que esta segunda parte tenía que estar a la altura y pienso, orgullosa, que lo está. El año que viene me contáis si esto es cierto. Hasta entonces, a seguir dándole a la tecla ☺️

Balance de 2021

¡Hola, hola!

Otro año que dejamos atrás y doce páginas nuevas en blanco que nos esperan. Como lleva siendo ya costumbre, toca hacer balance y reflexionar un poco sobre lo que ha dado de sí este 2021.

Este fin de año me ha tocado pasarlo confinada y, la verdad, no ha sido nada fácil. Iba con el preparamiento previo de la primera cuarentena, pero esta vez he tenido que pasarlo sola en una habitación, y debo reconocer que los primeros días han sido durillos. ¡Pero ya me queda poquísimo para salir!

Algunos tenéis una memoria prodigiosa para hacer balance, pero yo no tengo esa lucidez, así que he tenido que echar hacia atrás en la galería de fotos para recordar qué ha ocurrido en este 2021. Una de las primeras cosas que tuvimos fue a Filomena, su nevada tremenda y con miniconfinamiento incluido. Ese primer día disfruté mucho de la nieve. Los diez días siguientes no fueron tan divertidos por el hielo que había por todas partes. Espero, sinceramente, si vuelve a ocurrir algo parecido de nuevo, que hayamos aprendido de esta y haya efectivos mucho antes.

Mis tres novelas juntitas: Euforia, La chica del corazón de agua y La posada Shima.

Lo más reseñable que ocurrió después y lo más grande de este año fue la publicación de Euforia en abril de mano de mi querida editorial, Munyx. Una historia sobre amistad rota, añoranza y que toca la salud mental. Ambientada en Corea del Sur y con representación queer. Tuvo una aceptación muy buena y de vez en cuando me siguen llegando reseñas que me calientan el corazoncito. La novedad con esta nueva novela fue hacer presentación online y club de lectura online también. Ojalá pueda hacer algo presencial en algún momento de 2022.

Aunque sí que acudí a tres eventos presenciales este año: a la feria del libro de Vallecas, a la feria del libro de Madrid gracias a la litcon y firmé dos días en la feria del libro de Valencia. ¡Cuánto echaba de menos todo esto! Los lectores sois tan, pero tan importantes, y he echado tan en falta esa cercanía. De verdad que no recordaba sentirme tan nerviosa pero tan feliz al mismo tiempo.

Siendo ponente en la charla: Los profundos trasfondos de la literatura juvenil en la Feria del libro de Madrid.
Siendo ponente en la charla: Los profundos trasfondos de la literatura juvenil en la Feria del libro de Madrid.
Feria del libro de Vallecas.
Feria del libro de Valencia.

Sin embargo, Euforia no fue lo único que salió a la luz. En este 2021 he participado en dos antologías benéficas, una para la causa del Black Lives Matter: Antología esperanza. Mi relato se llamaba El lugar sin puertas. Y más recientemente participé en la Antología sueños de hadas con el relato El hada mecánica, cuyo libro podéis conseguir en físico y cuyo importe va destinado a protectoras de animales.

59773775. sx318
57335722. sy475

A pesar de todo, ha tocado cancelar también muchos planes. Tenía pensado viajar fuera de España si esto mejoraba, pero cuando tenía vacaciones, la cosa se complicaba. Aún así sí que me fui a Bilbao unos días del verano y me sirvió para desconectar e ir un poco más abrigada que en Madrid. También he vuelto al cine, he superado un año entero independizada, con todo lo que ello conlleva, y he sido muy feliz en mi casita. Aunque eso que pensaba de que iba a tener muchísimo tiempo para hacer todo lo que quisiera era una ilusión como un elefante de grande. El adulting se escondía detrás y eso sí que ha sido una jarra de realidad. Mantener una casa, el empleo que te da de comer y mantenerse vivo es muy difícil y sí, requiere mucho tiempo también.

No quería acabar la entrada sin actualizaros mi año de escritura (cosas no publicadas ni terminadas). No ha estado mal entendiendo los casi dos años tan complicados que llevamos con el Covid. A muchos nos ha afectado no solo en lo personal, en la salud, sino también en la productividad. Ha sido muy difícil ser creativo, recuperar rutina, centrarse. Sin embargo, no tengo esa voz enfermiza que me repetía de forma constante que no acabar un manuscrito por año era un fracaso. A veces sí que ha aparecido, no voy a negarlo. Llevo una relación muy larga con ella y no va a desaparecer sin más, pero es algo positivo al menos. Me subieron de horas en el trabajo y el cansancio al volver a casa hacía que no fuera capaz de poner tres frases seguidas. Así que me priorizaba y decidía desconectar y descansar. Ha sido muy difícil convencerme de que hacía lo correcto, de que no debía de estar haciendo cosas todo el tiempo, produciendo todo el tiempo. (Y esto lo digo mientras ocupo el tiempo de mi viaje en bus para escribir este párrafo). Bueno, a veces vuelve esa vocecilla y le hago caso. (aclaración: comencé a escribir esta entrada un par de días antes de dar positivo y tener que confinarme).

Como he dicho antes, no he acabado ningún manuscrito largo. Sí que he avanzado mucho con el proyecto Ryu, ¡justo hoy he alcanzado las 100 páginas! Si me habéis leído en redes, se trata de una segunda parte de la que por fin estoy satisfecha con todo. Cuando acabé la primera, empecé a escribir esta, pero no estaba del todo conforme con el planteamiento, así que dejé pasar los años hasta que tuviera una trama que la hiciera justicia. Magia, melancolía, demonios, reencuentros, ¡más traiciones!

Lo que sí que he escrito ha sido mucha poesía a lo largo de los meses. Tengo por ahí una cosita que quiero que vea la luz en 2022, así que espero que lo anticipéis con ganas porque es un proyecto muy personal. Os dejo por aquí uno de los últimos poemas del año:

En cuanto al proyecto conjunto que tenemos Carolina Casado y yo, ha habido algún que otro avance. Nos queda poquísimo para acabar la planificación completa del proyecto destrucción (ha sido tan difícil poder reunirnos durante todos estos meses), pero casi la tenemos. La escritura aún se va a demorar un poco por las novelas personales que tenemos cada una entre manos, pero queremos darle bien a las teclas en cuanto nos quedemos un poquito libres.

Y, por último, este diciembre comencé a esbozar otro proyecto que me tiene con mucha ilusión, el proyecto Cielo. No pensé mucho en el nombre del proyecto, ya que en realidad la primera frase de la novela se refiere a alguien mirando hacia el cielo, así que no creo que sea muy esclarecedor ese título. Quizá lo cambie más adelante. De este puedo decir aún poco, pero volveré a Corea del sur y habrá romance y un poco de ciencia ficción.

Y aquí acaba más o menos lo que he hecho en este año que hemos dejado atrás. Releyendo la entrada me doy cuenta de que no ha sido poco, y solo espero que este 2022 nos traiga ganas de seguir luchando y esforzándonos por lo que nos apasiona.

Mucha salud para todos y gracias por seguir ahí 💖

Yo soy escritora

Imagen de una mujer de perfil escribiendo en una máquina de escribir antigua. En su base aparece "día de las escritoras".

Ayer fue el día de las escritoras y, aunque hace poco que lo llevo celebrando, me ha costado mucho reconocerme con ese concepto. Está muy extendido lo de que uno no es escritor hasta que publica. Y es una soberana tontería. Previo al 2015, yo llevaba escribiendo desde primaria: relatos, cuentos, poesías, historias más largas… Con 15 años acabé mi primera novela (que se quedó en un cajón, gracias), con 17 la segunda. Después hubo un parón por la universidad. Pero me costó hacerme al concepto. Denominarme como tal, Incluso después de autopublicar, me siguió costando.

Hoy quería reflexionar sobre lo que he ido aprendiendo en este tiempo, lo que supuso autopublicar en 2015 y poner por primera vez el pie en el terreno literario, hasta lo que ahora supone tener una editorial fuerte que apuesta por lo que escribo. Y es que ningún camino es fácil, nada te lleva a lo alto de forma inmediata. A las letras hay que darles tiempo.

Ilustración de la portada de Fugitivo.

Reconozco que he tenido suerte. He coleccionado unos cuantos fracasos, lo que me ha hecho aprender a ser paciente y a esforzarme más. No sé por qué nos empeñamos en ser perfectos a la primera, que nos salga bien todo de inmediato. Yo había intentado durante unos años publicar de forma tradicional, pero no tenía ni idea del mundo editorial y no sabía buscar en condiciones. Autopubliqué Fugitivo en 2015 y, con total sinceridad, fue una inversión que no recuperé. Pequé de primeriza. Aunque gané experiencia y los primeros amigos dentro de este mundillo. Tampoco había ido a presentaciones de libros ni tenido que hacer publicidad de mis cosas. Todo era nuevo y yo tendía a quedarme en una esquina observando. Mi obsesión por no sobresalir me hacía perder oportunidades.

ILUSTTSCION FUSIONADA

Entre 2015 y 2016 participé en varias antologías de microrrelato y poesía, quedando finalista en 3 (para mí fue todo un triunfo poder tener tres libritos más en casa donde hubiese algo que había escrito yo!). Eso me dio la motivación necesaria para acabar de escribir en 2016 La posada Shima. La mandé a todas las editoriales habidas y por haber, creyendo que cuanto más, mejor, y recibiendo un total de ¿una, dos respuestas negativas? Porque el silencio es la contestación que se suele estilar, así que asumí que ninguna más iba a responder. Ya había acumulado unos cuantos silencios con Fugitivo, así que imaginaba que iba a tener que pelear mucho más por esta nueva historia.

Entonces me enteré de que una editorial nueva estaba buscando manuscritos. Onyx (la actual Munyx) publicaba fantasía, justo lo que yo había escrito, y encima me respaldaban un par de compis de letras que también habían presentado cosas suyas y estaban esperando una respuesta. Y aquí fue donde la suerte y el tesón se decidieron a dar sus frutos.

Así salió La posada Shima con Onyx en 2018. Mientras, yo había terminado de escribir La chica del corazón de agua y estaba mandándola también a diferentes editoriales y premios (ya sí sabiendo géneros que publicaba cada editorial y acotando la búsqueda). Y entonces Marta, la editora de Onyx, me preguntó por este último. Le hablé de lo que iba y entonces las dos abrimos nuestros corazones en varias charlas profundas y sinceras. La salud mental es una de las asignaturas pendientes de esta sociedad. Pero, aún con esas, yo tardé mucho en pasarle el manuscrito y, más aún, cuando ella dijo que lo quería publicar, me demoré bastante más hasta dar el sí. Ya lo he dicho en más ocasiones, que me daba un vértigo terrible. Sin embargo, hoy sé que fue la mejor decisión que pude tomar por todo lo que vino después. La chica del corazón de agua salió en 2019. También en este año publicaron mi relato Un ser de luz dentro de la antología Contramarea de manos de la editorial Dorna (Antología Contramarea, 2019).

Pero, como todo, el mundo no giraba a mi alrededor de color de rosa. Arrastraba ya una carga importante y autoimpuesta a mi productividad. Debía sacar más historias, debía publicar más, debía destacar. Y a finales del 2019 me rompí. Euforia (Editorial Munyx, 2021) la acabé con dolor. Con una presión tan fuerte e innecesaria que hizo que entrara en un bloqueo que me duró meses. ¿Por qué esa necesidad? ¿Por qué debía publicar una vez por año, producir una historia por año…? ¿ Por qué me marqué ese estúpido objetivo? Así que tomé la decisión de darme tiempo. Me di un año (este fantástico año, nótese la ironía) donde no publicaría nada, solo escribiría. Me tenía que reconciliar conmigo misma y poner en orden todo ese cacao mental de autoexigencia enfermiza. ¿Lo he conseguido? No. Este 2020 ha sido raro a más no poder y muy malo para la creatividad, pero nadie me quitará que no lo haya intentado.

Siendo honesta, hay días malos, muy malos. Esta es una carrera de fondo. Una larguísima. Es normal que nos cansemos, que nos caigamos, que desistamos. Pero hay días muy buenos también, donde la emoción recorre tu estómago y no puedes dejar de escribir, de crear y amar lo que haces. Tus personajes cobran vida, la estructura te parece genial, los temas que tocas ideales, las frases que te salen espectaculares, dignas de cualquier escritor al que admiras. Y es que escribir es ilusión y pasión. Es un algo más que te da, de forma literal, ganas de vivir y compartir.

Llevo ya 5 años publicando, pero muchos más escribiendo. No sé en qué momento uno mismo se puede denominar escritor sin sonar pedante. Quizá ahí es donde residía mi temor, en la idea de creerme alguien. Ser una impostora porque no escribía lo suficiente, lo suficientemente bien, con calidad, por no producir, por ser lenta… pero todo eso se incluye dentro del término. Así que, si escribes, ERES escritor. Me rompe el corazón ver a un montón de personitas a las que sigo y que les cuesta llegar también a creérselo, incluso habiendo acabado manuscritos enteros y teniendo una carrera larga en el mundo de las letras. No sé en qué momento nos dijeron que no podíamos aspirar a ello ni por qué. Pero yo voy con la cabeza bien alta desde hace un tiempo y sé que nadie me va a quitar ese título porque nadie me lo tiene que dar. Yo sé lo que soy, sé a lo que aspiro.

Yo soy escritora.

¡Notición a la vista!

¡Hola, hola!

Hoy he estado en Barcelona presentando La posada Shima en la librería Alibri y ha sido increíble. Me ha presentado la maravillosa editora de Onyx Editorial, Marta, a quien tengo un cariño increíble y ha venido más gente de la que esperaba. ¡GRACIAS A TODOS! He podido conocer a muchas personitas y ha sido toda una experiencia que atesoro muy dentro.

Además, se ha desvelado una noticia que tenía muchísimas ganas de dar: ¡el año que viene publicaré NUEVA NOVELA! Mi queridísima Petra ha encontrado editorial, así que en primavera tendréis a LA CHICA DEL CORAZÓN DE AGUA por las librerías. Y no podía ser de la mano de otra editorial que de Onyx 💕.

Petra8

En otras entradas os he hablado bastante de esta novela. Fue el resultado de haber sufrido depresión y de no haber podido expresar en su momento cómo era sentirse así. Pero, más allá de tratar esta enfermedad mental, vais a conocer a mis tres chicos de oro: Ian, Leroy y Jairo. Mis tres bebés. No sé si tengo unos personajes más queridos que ellos, porque mientras ayudaban a Petra, me curaban a mí.
Aún no puedo daros más detalles, pero os dejo con el aesthetic de Petra que hice hace un tiempo en el que se ven algunas localizaciones de la novela y cómo explica su estado al comienzo de la novela.

Estoy impaciente por poder compartir con vosotros más cositas. Espero que le deis un fuerte abrazo a mi parte más sentimental porque vaticino que la corrección y el proceso que va a empezar ahora me va a exigir mucho.

Gracias a todos por seguir ahí y por darme tanto amor. Es lo más difícil que he escrito hasta ahora y me llora el corazón de la emoción al saber que vais a poder leerlo. Voy a intentar daros la mejor versión de esta historia.

GRACIAS.

Proyecto: Héroes de papel

Al igual que cuando empecé a escribir La chica del corazón de agua, parece que me animo a seguir dándole a la tecla cuando voy compartiendo los avances que hago en mi universo literario. Así que hoy quería hablaros del proyecto en el que ando esfrascada: Héroes de papel.

Para el #NaNoWriMo me obligué a comenzar una nueva historia que apenas tenía esbozada en la cabeza. Algo terrible, porque no tenía nada pensado y así ha salido el reto, fatal. No he llegado ni a las 15.000 palabras. Peor que el año pasado. Pero bueno, siendo un fracaso o no, he conseguido lo que quería, empezar algo nuevo.

Unos meses antes había abierto un word esbozando algo parecido a un prólogo y a un momento muy turbio sobre una tal Jena. Pues bien, ese pequeñín ha crecido en mi cabeza y ahora cuenta con más de 30 páginas. En noviembre quise escribir, pero hice las cosas mal y no me salió nada. En estos primeros días de diciembre sin embargo, al tener las ideas mucho más maduras, le he pegado un pequeño empujón a las tramas y a lo que quiero que ocurra. La libreta de flores que estoy utilizando se está llenando de escenas, de nombres, de poderes, de premisas y de frases clave que han de pronunciar los personajes en ciertos momentos.

Os preguntaréis de qué va, aunque aún está muy verde el proyecto. Pero no lo voy a decir, solo voy a dejar este aesthetic por aquí y ya os contaré más adelante algo:

 

Si hacéis clic encima se hacen más grandess.

Ahora mismo me encuentro ilusionada. Voy mezclando ratos de documentación con ratos de escritura. Ratos buscando imágenes para inspirarme y ratos tomando notas en mi bonita libreta. Espero que la próxima actualización sea en unas semanas diciendo que voy a buen ritmo y que la historia está alcanzando unas cotas que no esperaba.

¿Es pronto para felicitar la navidad? A mí me ha venido este regalo antes de tiempo en forma de historia.

 

Día de las escritoras

¡Feliz día de las escritoras! (Un día atrasado).giphy (1)

Me siento muy orgullosa de todo el movimiento que veo por redes este mes y, sobre todo, durante este día. Fomentar la lectura de libros escritos por mujeres y visibilizar sus maravillosas novelas compartiendo los títulos que más nos han gustado, me parece una manera muy bonita de hacer valer a todas las que luchan por sus sueños y por cambiar el mundo.

Y de algunas de esas escritoras quería hablar hoy aquí. Jóvenes, talentosas e inspiradoras. De las que no solo con sus libros consiguen llegar a los corazones si no, más importante aún, a las mentes.

bookish b(r)at 🦇Hay dos blogs en concreto que amo leer y a los que estoy suscrita. El primero, el que más actividad tiene, es el de Andrea Tomé. Una mujer valiente que aprovecha su voz para concienciar sobre los TCA, para quitar el estigma que tienen las enfermedades mentales y que, además, da consejos sobre escritura y el mundo de las editoriales, habla de temas LGTBI+, recomienda libros, y descubre nuevos lugares preciosos. Un blog muy completo, muy cuidado e inmensamente útil y entretenido.

Beatriz Esteban;El segundo blog del que quería hablar es del de Beatriz Esteban. Una chica muy dulce con la que da gusto conversar. Humilde, fuerte y que también usa su voz para dar visibilidad a las enfermedades mentales. En su blog habla de superación, de escritura y de sus proyectos. Da charlas en coles sobre salud mental, algo que me parece tan loable e inspirador.

Seliria

Y, hablando de inspiración, las siguientes autoras son dos soles, una motivación constante que repiten una y otra vez que todas somos válidas para cumplir nuestros sueños. Hablo de Iria y Selene. Más que su blog, hablo de sus cuentas de twitter, donde Iria, sobre todo, siempre está muy activa. De verdad que sus hilos son lecturas más que recomendables. Habla sobre feminismo, sexualidad, política, sobre salud mental, y ambas son súper cercanas. Los artículos que comparte Selene son geniales.

Creo que estamos en una nueva era donde hemos convergido muchas personas en una esfera de cercanía, pasión por la lectura y la escritura, y de empatía y comprensión. Donde empezamos a poder hablar de todo y a luchar por quienes realmente somos y por quien queremos llegar a ser. Un espacio abierto, donde apoyamos al otro y nos alientan a seguir. Me parece una comunidad muy bonita la que veo en toda mi TL de twitter. Y le estoy inmensamente agradecida.

A veces es complicado denominarse autora, escritora, creadora… Porque la percepción que se tiene de uno mismo varía. Es difícil abrir las alas cuando muchos te las intentan cerrar. Pero también sé que merece la pena luchar por lo que te hace feliz. Así que gracias a todas las que, desde el desconocimiento, me habéis animado a continuar y me habéis dado mil ganas de escribir. Lo seguís haciendo.giphy (2).gif

No me puedo marchar sin dejar por aquí mi top 5 de libros escritos por mujeres leídos este año. Todos me han marcado, enamorado, hecho sufrir y los releería fijo (el orden es aleatorio, no es un ranking):

  1. Rojo y oro, de Iria y Selene.
  2. Seré frágil, de Beatriz Esteban.
  3. Verdad y perdón, de Rolly Haacht.
  4. Love letters to the dead, de Ava Dellaira.
  5. La flor de fuego, de Alba Quintas.